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Envido> Por José David Santos

Jugar al envite en el mismo equipo que Fernando Clavijo, sobre todo si él es el que manda, puede depararte tantos sustos e inquietudes como al contrincante, toda vez que debe ser bastante complicado saber si juega con o sin triunfos.

Ayer, muchos en el seno de Coalición Canaria (CC) se esforzaron en rebajar la importancia o trascendencia del golpe -de efecto o no eso lo dirá el tiempo- con el que Clavijo, líder de los nacionalistas en Tenerife, hizo saltar las alarmas en torno al pacto que, tanto en Tenerife como en el Gobierno regional, mantienen CC y el Partido Socialista Canario (PSC-PSOE). Sorprende que uno de los argumentos de los nacionalistas sea que “Fernando no es así, no hay que exagerar su enfado”. O el alcalde de La Laguna los tiene engañados a todos o es que nadie se ha parado, en su partido, a conocerlo un poquito mejor.

Porque el problema que ha generado la amenaza -de momento es un hecho porque nadie ha dicho lo contrario- de romper relaciones con el PSOE en Tenerife no tiene que ver ni con un momento de ira de Clavijo, ni con la inexistente posición estratégica del municipio de El Tanque en el mapa político de Canarias. Hasta el presidente del Gobierno, Paulino Rivero, que de alcantarillas de partido sabe lo suyo, hablaba ayer de “culebrones” y tiraba del tópico de que lo que hay que hacer es centrarse en resolverle los problemas a la gente. Debe ser pose porque Rivero sabe que Clavijo ya no es aquel cachorro de las juventudes, ojo derecho de Ana Oramas y que no rompía un plato. En apenas unos meses ya destroza vajillas.

Pase lo que pase -y creo que poco va a suceder respecto al pacto entre CC-PSOE en las Islas- Clavijo ha mandado un mensaje alto y claro de que él va en serio; que no tiene que responder ante nadie a la hora de defender los intereses de los suyos, sean estos grandes o chicos; en este caso, los concejales nacionalistas expulsados del gobierno municipal por el alcalde socialista de El Tanque. Y eso ya tiene dos lecturas; una, la del liderazgo entre los suyos y otra, la que vivieron el viernes los que, como es el caso de Francisco Hernández Spínola, trataron de hacerle la pirula: no tiene nada que perder.

Alguno no había calculado que Clavijo es “frío, fuerte y formal”, como ayer lo describía genialmente en nuestra web el compañero Tinerfe Fumero. Alguno, tras lo de El Tanque, se ha dado cuenta de que hay chico nuevo en el patio y que se hace respetar. El envite ha sido en la primera mano y, si bien la partida es larga, Clavijo parece que lleva cartas… o no.

@DavidSantos74