DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife
Al final se ha impuesto la disciplina de partido y, salvo una sorpresa mayúscula, los diputados de Coalición Canaria apoyarán en bloque los presupuestos autonómicos para 2013. Este es al menos el mensaje que emitió ayer el núcleo duro el partido nacionalista tras una reunión de casi dos horas y media en Santa Cruz de Tenerife.
“De miedo, de puta madre todo, bien…”, comentó Paulino Rivero mientras abandonaba la sala donde se encontraban los miembros de la Comisión Permanente para asistir a un acto institucional como jefe del Ejecutivo regional. El presidente de CC había entrado contento a la sede de Galcerán y salió con un semblante aparentemente optimista, tras el plante escenificado en varias islas; con especial incidencia en la de Tenerife, cuyo Cabildo -gobernado por CC y el PSOE- había pedido a los quince diputados de esta circunscripción que vetaran las cuentas en el Parlamento si la redacción no incluía una dotación económica para los hospitales del Norte y del Sur. “El grupo nacionalista avalará los presupuestos”, sentenció el secretario general de CC, José Miguel Barragán, al término del debate.
El también portavoz en la Cámara legislativa repitió la consigna de que no hay dinero para más. “Priorizamos la atención directa a los pacientes sobre las infraestructuras”, arguyó. En este escenario, Barragán tampoco espera una fuga de votos por parte de sus socios herreños, a propósito del transporte marítimo, ni de sus aliados del PSOE.
Aunque el margen es “escaso”, precisó José Miguel Barragán, todavía hay tiempo para registrar enmiendas parciales.
[apunte]Tensas sonrisas
Una sonrisa de Ana Oramas da la bienvenida a quien acude a la sede de CC en la santacrucera calle de Galcerán. En la pared de enfrente han puesto tres paneles con fotos de la diputada -además de una de Adán Martín- con información de su trabajo en las Cortes. “Me he adelantado”, se justificó ante los informadores que aguardaban en el vestíbulo con motivo de la reunión de la Comisión Permanente. “Cuando llegué no había tanta gente”, profirió. Luego atravesó la puerta Fernando Clavijo. “Prepara los papeles de la moción de censura”, dijo con sorna a una empleada. José Miguel Barragán le siguió los pasos. Más tarde, Paulino Rivero hizo su aparición -estelar- con los brazos extendidos en señal de alivio. A las cuatro menos cinco regresó el técnico informático con el servidor, que se había escoñado.
Al principio, todos estaban con ganas de diversión. Posteriormente, al calor de las discusiones, la temperatura subió unos grados y tuvieron que activar el aire acondicionado. La tensión era tal que se oyeron gritos por alusiones personales. Y lo que queda, porque la ejecutiva del sábado se ha trasladado de Gran Canaria a Tenerife.[/apunte]