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El hijo que trató de quemar a sus padres no recuerda nada y pide perdón

EFE | Las Palmas

El acusado de haber intentado matar a sus padres, ya ancianos, prendiendo fuego a su casa terrera en la capital grancanaria en 2011, ha afirmado hoy ante la Audiencia de Las Palmas que no recuerda nada de lo ocurrido, pero ha pedido perdón y ha dicho estar “muy arrepentido”.

El procesado, Pedro Joaquín G.P., un toxicómano desde hace más de 25 años, ha explicado al tribunal que no tenía intención de matar a sus padres, con quienes vivía y a los que además atendía, pero que ese día había consumido “mucha cocaína” y se había tomado una “caja de tranquimazin” para calmarse porque no logró conseguir heroína.

Además, ha reconocido que vivía con sus padres pese a que tenía una orden de alejamiento por haberles maltratado, según una sentencia de 2005 que le condenó a un año y siete meses de prisión.

Sus padres, ambos impedidos y en silla de ruedas, han declarado tras un biombo y han dicho que su hijo les atendía y no tenía intención de matarles, pero que las pastillas que se tomó ese día le “volvieron loco” y que por eso les pego a los dos, según ha indicado el progenitor.

Sin embargo, los bomberos que sofocaron el fuego y los rescataron de la vivienda, así como los policías locales que acudieron a la casa, han manifestado que el padre les dijo que su hijo “quería quemarles vivos”.

Uno de los bomberos ha señalado que cuando llegaron a la casa encontraron al acusado tumbado en el suelo y con un cuchillo debajo de su cuerpo, si bien ha indicado que cree que “fingía” porque enseguida se levantó nervioso y les dijo que se fueran.

Un hermano del acusado ha dicho que desde los ocho años ha sufrido el maltrato psicológico, los insultos y amenazas protagonizados por el acusado, con quien no mantiene relación y por el que siente “pánico” y teme que “lo siguiente sea ver a sus padres en el cementerio”.

Además, ha indicado al tribunal que sus padres siempre han protegido al acusado y que, de hecho, cuando volvió a vivir con ellos tras cumplir la pena de prisión por maltrato, dejó de hablar con sus progenitores.

Del suceso, ha señalado que fue avisado por unos vecinos y que cuando llegó a la casa de sus padres vio a los dos lesionados y el inmueble “destrozado”.

Una sobrina del acusado ha señalado sentir miedo también de su tío y ha explicado que dejó de visitar a sus abuelos durante el tiempo que convivió de nuevo el procesado con ellos.

Al igual que su tío, ha dicho que su abuela siempre ha defendido al acusado, comportamiento que el fiscal ha considerado que es propio de las víctimas habituales de los malos tratos porque se les anula su voluntad.

El incendio, según han indicado los bomberos, se inició en una habitación de la casa, pero gracias a su rápida intervención evitaron que se propagara, pues de lo contrario hubiera podido afectar a las viviendas colindantes, según el jefe del servicios de extinción de incendios y salvamento.

El fiscal solicita una pena de 34 años de prisión para el acusado por los delitos de quebrantamiento de condena, maltrato habitual, incendio y e intento de asesinato.

La abogada de la defensa pide que se absuelva a su cliente de los delitos de incendio y de intento de asesinato.