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Kiesslinglandia – Por Agustín M. González

Nada más y nada menos que 43 millones de visitantes han pasado por las instalaciones del Loro Parque desde su apertura al público, hace ahora cuarenta años. Lo que empezó en el barrio portuense de Punta Brava como un pequeño zoológico con 150 loros se ha transformado con el paso del tiempo en uno de los parques de ocio más importantes del mundo. El Loro Parque es hoy en día mucho más que un zoo. Es la mayor colección de loros y papagayos del planeta, una reserva natural de 130.000 metros cuadrados, la más amplia oferta conjunta conocida de shows con animales, un avanzado centro de investigación y de reproducción de especies en cautividad, una fundación dedicada a la ecología y a la preservación de animales en peligro de extinción, una empresa potente generadora de trabajo y riqueza para toda la Isla, un parque de atracciones único de sus características en Europa y un atractivo turístico de la máxima calidad que da prestigio mundial a las marcas de Puerto de la Cruz y Tenerife. Todo eso es Loro Parque, el gran sueño que el tenaz empresario germano-tinerfeño Wolfgang Kiessling ha logrado hacer realidad gracias a un derroche incansable de superación y de fantasía.

Loro Parque es la Disneylandia de Tenerife, y Wolfgang Kiessling es nuestro Walt Disney particular, un mago de la ilusión, del entretenimiento, un visionario que no solo se empeñó en crear y compartir su gran sueño, sino que en estos cuarenta años de arduo trabajo no ha parado de renovarse y crecer. Y de esa manera ha prestado un servicio impagable a Puerto de la Cruz y a todo el pueblo de Tenerife. ¿Qué sería del Puerto sin el Loro Parque? Es justísimo que el Cabildo, que ya le nombró Hijo Adoptivo de la Isla, le conceda a Kiessling la Medalla de Oro de Tenerife. Ha sido un empresario emprendedor y vanguardista y un colaborador permanente en infinidad de iniciativas de interés público. No se limitó a amasar dinero con su próspero negocio, sino que siempre ha sido generoso con la sociedad que le acogió y en la que se ha integrado completamente. Fue el destino el que le trajo aquí, por fortuna para nosotros. Ojalá el Puerto de la Cruz y Tenerife tuvieran muchos Kiessling. Porque soñadores y emprendedores como él son los que ayudan a los pueblos a avanzar.