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El liderazgo entra en déficit

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Propaganda del PSOE y de CC en la campaña para las elecciones del 22 de mayo de 2011. | DA

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

El déficit de liderazgo arruina las perspectivas de una sociedad necesitada de referentes intelectuales, no en el aspecto estrictamente académico, que le señale el camino y que no se vea obligada a retroceder para avanzar. Con unos presupuestos ideológicos excesivamente austeros en los planteamientos, dfícilmente se saldrá de la incertidumbre.

En un entrada publicada el 25 de noviembre en su blog personal, Paulino Rivero se preguntaba: “¿Es Canarias una carga para el Estado?” La respuesta se la han dado algunos críticos desde su propio partido al poner en duda su capacidad para revertir la aparente despreocupación (indiferencia calculada) del Gobierno de la nación sobre esta Comunidad Autónoma.

El desánimo y la preocupación cunden en CC por la dinámica de coches de choque en la que se encuentran las relaciones institucionales. ¡Locos están dentro de su partido por encontrar un conductor tan decidido como prudente! Y sin que su destino dependa del GPS de los desagravios, que irremediablemente lleva al abismo.

Por muy bonito que sea el paisaje, lo que más importa no es el panorama. El interés de la acción política supera los límites del electoralismo. Lo que menos le conviene a la ciudadanía es votar en las urnas funerarias de un cementerio de elefantes. Renovarse o morir. Esa parece ser la consigna que grita la voz de la calle, que no se calla aunque se haya quedado afónica.

En las actuales circunstancias, el -o la- líder es un mirlo blanco que desoye los cantos de sirena y desconfía de las aves rapaces. Aquí abundan los gorriones con plumaje de águila.

Las evidencias no engañan. El modelo está agotado. Hace falta que alguien tome las riendas para que todos tiren del carro en la misma dirección. El momento reniega de los idólatras, que no son patrimonio de ninguna opción en concreto. Se comportan como aprendices de dioses en paños menores y cometen diabluras de dudosa decencia. En el pecado arrastran la penitencia.

A diferencia de CC, donde hay varios candidatos, el PSOE carece de alternativa

Ahora toca remangarse, que ya hay bastantes pringados. Los acontecimientos se precipitan, razón por la cual urge hacer del brete una virtud. Sin embargo, experiencias anteriores avisan de que las operaciones de cirugía estética afean la conducta si no se acompaña de dosis de sentido común. Como diría el neurocirujano Steven J. Schiff, que el cerebro piense sin palabras.

Sófocles se anticipó a la crisis en el pacto de gobernación entre CC y el PSOE: “Para quien tiene miedo todo son ruidos”. En esta partida, unos cuantos nacionalistas y socialistas desean cambiar de jugada para que no se rompa la baraja.

Hace tiempo que Rivero está siendo sometido a un tejemaneje de desgaste por parte de un sector de Coalición, que ha puesto en tela de juicio su liderazgo. Ese interés se escenificó en el quinto congreso de la organización, que otorgó la presidencia al jefe del Ejecutivo regional y la secretaría general a José Miguel Barragán. Las cartas quedaron boca arriba con las caras de Fernando Clavijo, Ricardo Melchior y Ana Oramas, entre otras. Meses después, el alcalde de La Laguna ocupó el lugar del consejero de Economía y Hacienda, el paulinista Javier González Ortiz, en la ejecutiva insular. Se había impuesto “otra manera de entender la política”.

Mucho se ha hablado estos días de los líderes emergentes en CC. Con el relevo en el horizonte, a la diputada en Cortes Ana Oramas le han colgado la etiqueta de presidenciable. No está sola en el escaparate. Junto a ella figura Clavijo, su ahijado político. En un segundo plano aparece la silueta del presidente del grupo nacionalista, José Miguel Ruano.

En el PP casi nadie se atreve a discutir el poder que acapara el ministro José Manuel Soria. Él mismo se ha encargado de prepararles el terreno a Asier Antona y Manuel Domínguez, dos valores en alza.

Lo del PSOE se resume en que José Miguel Pérez está aguantado con alfileres.
El liderazgo requiere un proyecto y una visión estratégica de medio y largo recorrido.