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“Los trabajadores deben bajarse el sueldo para que los parados también puedan trabajar”

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Ram Bhavnani, en su oficina de la capital tinerfeña, desde donde otea, a través de su ordenador, la evolución de las bolsas. | JAVIER GANIVET

VICENTE PÉREZ | Santa Cruz de Tenerife

Nadie diría que detrás de este hombre de costumbres sencillas, incluso humildes, y austera forma de vida, está uno de los inversores en bolsa con mayor éxito de España en las últimas décadas, con varios cientos de millones de euros ganados e invertidos. Propietario del bazar Casa Kishoo, Ram Bhavnani ha sido importante accionista de varios bancos (Zaragozano, Bankinter, Popular), pero, con la crisis financiera, ha decidido soltar lastre y poner su dinero en sitios “con menos riesgo”. Nació en 1944 en la India y llegó en 1965 a Santa Cruz de Tenerife. Se le ha considerado un gurú de la bolsa y en sus planteamientos mezcla una cierta ética humanista con la defensa de la rebaja de sueldos para que los empresarios puedan contratar a más trabajadores. “Así es como los países salen adelante, compartiendo el trabajo, no todo puede ser derechos, derechos, derechos”, enfatiza. También culpa a los bancos por el “error” de meterse a constructores y dar créditos sin medida, e igualmente a “los políticos, los gobiernos” que no supieron controlar esta burbuja financiera e inmobiliaria.

-¿El capitalismo está en crisis o solo es una crisis más en su historia?
“Lo que pienso es que en España se exageró: montañas de millones y millones, que se perdieron luego por el ladrillo, y los políticos se volvieron locos dando permisos para fabricar y fabricar, y era como si esto fuera el paraíso. Debió haberse hecho un control. Todo el mundo de repente se volvió constructor; y muchos perdieron el dinero. Los precios de los solares han caído, porque no hay ni comprador”.

-La banca se subió a esa ola…
“Si fueran empresarios normales, no pasaría nada, pero los bancos son depositarios del dinero de los particulares; y además a los particulares les vendieron unos productos tóxicos, como bonos, deuda subordinada… Más bien han sido las cajas, que han estado guiadas por políticos y no les dolía esa dinámica. Los accionistas han sufrido en sus carnes este problema, pero realmente los que han sufrido son las cajas, ya que el único banco afectado por eso ha sido el banco de Valencia. Casi todas las entidades financieras que han caído son cajas”.

-¿Pero era necesario convertir las cajas de ahorro, cuyos beneficios se supone que tenían una finalidad social, en bancos que solo miran por la cuenta de resultados?
“Era necesario porque los políticos utilizaron las cajas como si fueran el gobierno, dando créditos a este y al otro, aquí y allí… y las cajas necesitaban tener más beneficios. Crearon una gran burbuja, satisfaciendo a la gente, pero a su propio bolsillo también, y luego se han ido al garete y han fracasado. El Gobierno no puede dejar caer una caja o un banco con los ahorros de toda la vida de millones de personas. Si empiezan a tocar dinero de los depositantes sería una catástrofe. Esa es la razón de que el Gobierno usara el dinero del contribuyente para ayudar a la banca, pero en Bankia están metiendo 18.000 millones controlándola, quitando empleados, porque no debe ponerse dinero donde había mucho bluff”.

-O sea, que para usted es lícito entonces dar tantas ayudas públicas al sector financiero…
“Pero si no se hace eso, al final se repercute a los propios ciudadanos, que perderían sus depósitos, los ahorros de su vida. Pero, además, al ser intervenido un banco, está muy regulado por el Banco de España, que se ha dado cuenta de que se ha desbordado por la especulación del ladrillo”.

-Pero entonces los bancos son los que han cometido el error de dar créditos a diestro y siniestro…
“Por supuesto. Ellos querían crecer y más beneficios. Iban los comerciales con escopeta cargada y sin entender ellos mismos qué producto estaban comprando los clientes; les daban bonos del 8% pero luego no eran depósitos sino escriturados con otras responsabilidades”.

-Usted se hizo famoso por sus inversiones exitosas en los bancos. ¿Qué hace ahora?
“Ahora tengo cuatro cosas nada más en bancos, depósitos”.

-¿Usted se consideró alguna vez banquero, teniendo tantas acciones en algunas entidades?
“No, yo era inversor: veía que donde podía ganar dinero era en los bancos, pero yo no puedo ser banquero. En tres o cuatro ocasiones gané dinero, y al final no gané nada pero eché fuera rápido mis acciones porque me di cuenta de que esos bancos ya no son lo que eran. Los bancos se metieron a construir pisos y casas y a asociarse con constructores… Y ahora todos han caído. Los bancos no deben ser industrias, sino depositantes de la gente, dar préstamos y pagar a las pymes y medianas empresas, a la gente que puede pagar.”

-¿Se puede obligar a los bancos que reciben ayudas públicas a que den créditos?
“Es que ahora mismo los bancos no tienen para dar créditos. Si los dan, tienen que provisionar fondos, y en ese caso necesitan más capital, y como el capital es corto y la exigencia del Banco Central Europeo al Banco de España es que por cada 100 que prestan tengan más o menos 10 o 12. Lo que hacen los bancos en ese caso es prestar menos para que las ratios de capital no vayan para abajo”.

-¿Nos gobierna la banca o nos gobierna el Gobierno?
“El problema es que el dinero de los bancos españoles era extranjero, prestaban dinero a las emisiones, y ahora le dicen a la banca española: dame el dinero o pagas más intereses; el banco español tiene que pagar el dinero a su vencimiento, y cuando no ha tenido ha ido al Banco de España. La culpa no es solo del banco, sino de los gobiernos, de los políticos. Y también los empleados se volvieron locos; algunos en la construcción ganaban 3.000 o 5.000 euros al mes pintando casas. Se subieron sueldos, pensiones, sin final… y no había tanto. España era un país muy pobre”.

-Se refiere a cuando usted vino a Canarias, hace ya medio siglo…
“Sí, hace 50 años nadie tenía ropa, que hoy tiene cualquiera”.

-Pues hoy la clase media tiene miedo a volver a la miseria, y muchos ya viven en ella…
“Miedo no debe tener la sociedad, hay que hacerle frente a lo que hay. La pobreza está llegando a un ritmo muy acelerado, eso es cierto, pero ahora tendremos que aprender de lo que ha pasado para ir lentamente recuperándonos”.

-¿Pero cuál es a su juicio la política correcta para salir de la crisis?
“Hace cinco años yo mismo dije que el 90% de la gente debería bajarse el sueldo el 10% para que los otros en paro puedan también trabajar. Y a nadie le gustó esto, porque a nadie le gusta repartir. Antes la gente se ayudaba, el hermano al hermano… pero hoy todo el mundo quiere ir detrás del Estado, que le ayude el Estado. ¿Y de dónde va a sacar el Estado para tanto?”.

-Pero la realidad es que cuando más necesita la gente los servicios públicos, porque hay más paro, más se recorta lo público…
“Yo pienso que hay que trabajar mucho más y cobrar lo que te paguen en estos momentos”.

-Pero, ¿y los empresarios? ¿Algunos no deberían concienciarse de que ya no es posible maximizar beneficios?
“Mire: ya hay algunas calles de Santa Cruz donde la mayoría de los locales están cerrados, porque deben a la Seguridad Social, a la Agencia Tributaria, a los proveedores y los bancos…”.

-En resumen, que hay aún que cambiar muchas cosas para poder salir de esta crisis …
“Trabajo siempre va a haber, aunque quizás algunos jóvenes tendrán que irse fuera; antes uno del norte de Tenerife no quería ir al Sur a trabajar. Pero cuando falta comida… Yo vine de la India para mi estómago, aunque no tuviera sueldo al principio”.

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Ram Bhavnani, inversor en bolsa y propietario del bazar Casa Kishoo. | J. G.

-Usted ha ganado cientos de millones de euros y no ha cambiado de forma de ser y muestra un estilo austero de vida..
“No he cambiado, no. No tengo seguro privado, sino la seguridad social, que funciona muy bien”.

– ¿Y no hará falta también ética en la economía para salir de la crisis?
“Sí, no se puede pasar sobre las personas, tiene que haber respeto mutuo, no creer que tú eres el dueño de todo, porque no eres dueño de nada, sino se trata de crear riqueza para la sociedad”.

-¿Le duele pagar impuestos?
“No, siempre pago, porque si no no podemos ni caminar por la calle, pues tiene que arreglarse con dinero de todos; y hay que costear la Seguridad Social, las escuelas públicas…”.

-¿Qué piensa de la la evasión fiscal de tantos miles de millones…?
“Se han llevado ese dinero la gente por falta de confianza en España, pensando que todo va a la ruina; y pienso que no es así. Creo que ahora mismo hay más confianza en España, porque se están tomando las medidas bien, recortando sueldos, reduciendo el número de días de indemnización por año en caso de despido. No es que eso me guste, pero un empresario que está arruinado ¿qué puede hacer? Por eso creo que lo mejor es bajar el sueldo y repartir el trabajo para que trabajen más personas. La gente se tiene que ayudar más el uno al otro, al compañero y a los familiares… porque todo el mundo no puede esperar que eso lo haga el Ayuntamiento”.

-Una vez que el negocio de los bancos le resulta arriesgado, ¿qué otras vías para invertir ha elegido?
“La deuda institucional, que es más seguro que las acciones”.

-Usted ahora ya no asume tanto riesgo en bolsa, por lo que dice…
“No, porque el accionista ya es viejo y no soportaría volver a cargar piedras. Ya no tengo 20 años”.

-A los ciudadanos nos asusta esta crisis, no se le ve final…
“Yo he estado tres veces arruinado, en dos ocasiones por incendios, y en tres me he levantado. Recientemente he estado en América con una hija para un tratamiento médico, y me llaman de aquí diciendo que las cosas estaban muy mal, que las acciones del Banco Popular llegaron a cotizar a tres euros, que regresara. A las tres semanas fui a hablar con los responsables del Popular, me llamaron a ver si yo estaba mejor que ellos; estuve en el Santander, donde tenía 300 o 400 millones de euros y dije ‘tú tampoco estás mejor que yo’. A las cuatro semanas se dio la vuelta y todo se arregló, pagué la deuda, y un mes después mi hija murió”.

-Habla usted de finanzas, pero también de esos problemas de la vida que el dinero no resuelve…
“Sí, por eso hay que ser humildes, caminar con los pies abajo y no como esos banqueros que creen que han comprado el mundo”.

[apunte]“Menos mal que CajaCanarias la compró la Caixa; así es mucho mejor”
Ram Bhavnani cree que la compra de CajaCanarias por la Caixa ha sido positiva “porque al menos los depositantes no han sufrido, aunque sí los accionistas, ya que las acciones cayeron el 30%). El inversor hindú (aunque se considera ya canario de adopción) señala que “CajaCanarias por sí sola no pudo resistir, fue a Cívica, pensando que entre cuatro bancos podrían soportar mejor los mercados, pero se vieron desbordados porque tenían muchos inmuebles en su cartera”. Y su conclusión de todo este proceso es clara: “Menos mal que la Caixa ha comprado Banca Cívica, todo ahora es mucho mejor. ¿Qué importa cómo se llame? El caso es que los canarios no supieron hacer bien el banco, entonces vinieron los de Barcelona y se lo llevaron”. En este punto Bhavnani llama la atención de que a La Caja de Canarias le salió peor con Bankia”.

Preguntado por si cree que la economía canaria puede repuntar y crear empleo, su receta siempre pasa por un abaratamiento de los costes laborales: “Las obras tienen que ser baratas, y las fincas baratas; hay que desarrollar la agricultura y la industria. Pero la mano de obra tiene que ser barata, y no pensar solo en derechos, derechos, derechos, sino en ayudarnos honradamente, y trabajar, y no solo pensar en euro, euro, euro. Así es como los países salen adelante”.

También tiene Bhavnani palabras críticas con los gobernantes.“Un político debe pensar que hace un servicio a la sociedad, a sus hermanos y hermanas, y no ha sido así”, opina el inversor, obviamente no en apología del nepotismo sino en clave humanista. Pide además que la Justicia sea más rápida para juzgar los casos de corrupción política.[/apunte]