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Mano dura> Por Jorge Bethencourt

Mano dura con los defraudadores y morosos. Actuaciones con publicidad que sirvan de castigo social añadido y multipliquen el efecto de miedo en la sociedad. La Hacienda pública no se anda con chiquitas a la hora de meterle mano a quienes no quieren compartir su dinero con el Estado. Cualquier autónomo o empresario de este este país sabe que, si no estás al corriente de tus pagos con Hacienda y la Seguridad Social, ya te puedes ir olvidando de trabajar y cobrar un duro de cualquier administración. Es una condición excluyente. Excepto, claro, si eres un partido político o un poderoso espectáculo de masas que mueve millones de posibles electores.

La deuda de los clubes de fútbol con la Agencia Tributaria a comienzos del año 2012 era de 757 millones de euros. En esa importante cuantía no se incluyen las cantidades que los integrantes de la liga deben a la Seguridad Social. El hecho de que estas empresas deban tanto dinero no ha sido obstáculo, ni lo será, para que hayan seguido recibiendo centenares de millones de dinero público a través de diferentes vías de financiación.

La deuda de los partidos políticos con Hacienda es como el tercer misterio de Fátima. Aunque nunca se haya dado ningún dato al respecto, repentinamente aparece un embargo a Izquierda Unida de Madrid por una deuda de 2,5 millones de euros con Hacienda y la Seguridad Social. Es más que probable que los partidos políticos, en su prolija organización, tengan pendientes pagos con la misma administración que, a pesar de tenerlo expresamente prohibido por ley, les concede subvenciones y ayudas año tras año.

Pero es que en el mundo real solo viven los que pagan. Los ciudadanos, autónomos y pequeñas empresas que son el plancton del que se alimenta la variada fauna que habita en los mares de este devaluado sistema. Los cortesanos y los burócratas encuentran siempre excepciones para sí mismos y los poderosos. Es infame que siga sin aplicarse la compensación de deudas (poder endosar como pago de deuda a una administración el dinero que te deba a ti otra administración). Que se obligue a los ciudadanos a pagar o ser embargados mientras se adoptan decisiones excepcionales con otros. Que por los bancos ejecuten hipotecas de viviendas, porque los contratos obligan, y se perdonen deudas multimillonarias a los partidos políticos. Una ley para el poder, otra para la plebe. Una mano lava a la otra. Partidos y burocracias se aseguran de mantener indemne el statu quo del que ambos se benefician. Es normal que toda esta basura sea incomestible para un pueblo cada vez más decepcionado que se ahoga en su propio charco mientras las empresas públicas compran peceras multimillonarias.

@JLBethencourt