La mano invisible es una metáfora que expresa en economía la capacidad autorreguladora del sistema capitalista de libre mercado. En la actualidad es más invisible que nunca porque nadie la menciona, pero hace unos años su sola mención producía en los círculos de la ortodoxia liberal un efecto taumatúrgico, pretendiendo elevar el funcionamiento de la economía a algo sobrenatural, alejando de los mortales. Ahora , aunque nadie la nombre, sigue igual de presente, guiando los surcos de nuestra sociedad.

En el año que comienza esa mano está dispuesta a apretarle el pescuezo a millones de pensionistas, va presta a entregar nuevos finiquitos o EREs , empujará a los dependientes a una pronunciada pendiente mientras calienta la muñeca para firmar miles de desahucios. La mano invisible tiene especial habilidad para entrar en los bolsillos de la cultura y la educación. Es verdad, juega con el futuro de los jóvenes; sin embargo, es docta y enseña con maestría a los políticos que, mientras nos hundimos, deben repicar frases como brotes verdes, que estamos en la Champions League de la economía o que se trata de una situación coyuntural de la que saldremos reforzados.

Nunca la veremos estrechando la mano de un inmigrante o de un excluido pero aplaude con entusiasmo cuando ve tanta entrega caritativa de alimentos porque sabe que eso nos aleja de los derechos y la justicia. Es invisible pero no las porras y las pelotas de goma que la protegen.

El deseo para este 2013 es que esta mano sea cada vez más visible para los canarios, que la reconozcamos en las voces de tanto palurdo que nos gobierna. Será el primer paso para no seguir soportando este modelo que está decidido a hacer invisible los valores humanos por los que vale la pena vivir.

*CONCEJAL DE SI SE PUEDE EN EL AYUNTAMIENTO DE SANTA CRUZ