En la entrevista publicada el domingo en DIARIO DE AVISOS con Quique Medina, el jefe del área técnica de los blanquiazules ponía nota al equipo. Quique daba la máxima nota a los jugadores y al rendimiento en estos partidos en el final de la primera vuelta. Un sobresaliente ni más ni menos. Yo no soy tan generoso. Le daría un notable, pero los últimos partidos a domicilio han bajado bastante la nota media a mitad de curso. Líderes, si, pero alimentando ciertas dudas que no se han despejado en el último encuentro del año. Lo de Alcalá fue infumable. Un aspirante no debe dar esa imagen ante un oponente tan marchito como el madrileño. Y antes lo de Fuenlabrada, y lo de Gijón, y lo de Coruxo, y lo de Guijuelo.
Demasiados partidos lejos del Heliodoro con un juego ramplón y sin ambición alguna. Y eso no me ha gustado. Por eso soy bastante generoso con el notable como calificación hasta la fecha. A una plantilla tan sobrada de calidad hay que exigirle bastante, y este Tenerife ha jugado un puñado de partidos indecorosos para su nivel. Por eso Quique Medina ha sobrevalorado su nota, desde mi punto de vista. Como director deportivo, de puertas para dentro puede que tenga otra valoración general, pero públicamente se muestra magnánimo con sus pupilos. El equipo esta de vacaciones y es tiempo para desconectar unos días y ser bondadoso, pero, si yo fuera profesor, estaría algo mosca con estos alumnos visto lo visto últimamente.