Cuando los comportamientos sensatos empiezan a parecer inconvenientes se descubren todas las miserias intestinas de este tinglado político que protagonizan unos devaluados partidos, desconectados de cualquier valor social. El Partido Socialista de Canarias no puede reconducir el incumplimiento de un acuerdo político suscrito con Coalición Canaria en el municipio de El Tanque. El líder socialista en el ayuntamiento ha echado a los nacionalistas del Gobierno local y se niega a ceder el bastón de mando. Nada nuevo bajo el sol. El pacto entre socialistas y nacionalistas ha tenido ya muchas grietas en La Palma o en El Hierro. Y las que tendrá.
Pero la anomalía no es que existan grietas, sino que se critique a quien las considera una falta de coherencia entre dos fuerzas políticas que, en pura teoría, deberían ser capaces de hacer cumplir lo que pactan. Al secretario general de Coalición Canaria, Fernando Clavijo, le afean que haya dicho que es muy preocupante que los socialistas no puedan sostener lo que pactan. Igual, por cierto, que Coalición.
Lo que ocurre es que la fuerza de los partidos solo es eficiente cuando afecta de forma directa a los intereses de sus propios aparatos de poder. Cuando conviene a sus dirigentes, se hace una moción de censura y se echa a un presidente. Pero cuando el incidente afecta a un pequeño municipio alejado de la corte central y sus barones, se trata de un asunto carente de la mínima importancia.
La doble vara de medir la importancia de los asuntos políticos es muy propia del centralismo vigente en los liderazgos de los partidos preocupados por su propio ombligo. Pero son esos municipios los graneros de votos a los que acuden después, cuando llegan las elecciones para pedir el apoyo de esos concejales. Clavijo hace bien en darle importancia a los municipios de la isla que, en términos electorales, son mucho más importantes que los pasillos del Parlamento. Otra cosa es que en el escenario del pacto entre socialistas y nacionalistas el Tanque solo sea un capítulo más de un acuerdo suscrito por arriba que muy pocos tragan ya por abajo.
Los líderes de Coalición y del PSOE tienen un problema muy serio en el seno de sus propias fuerzas. La clave está en la ausencia de programa. Ese pacto por Tenerife del que habla Clavijo es la madre de todas las batallas. Todo el mundo mira atónito a un Gobierno y un Parlamento que siguen funcionando en aparente normalidad mientras esta tierra se hunde sin remisión en una destrucción económica y social con pocos precedentes. El Tanque es la anécdota de la olla a presión de una sociedad que empieza a llenarse de cólera. Que desde el poder no vean como está la calle es culpa de las cortinas.