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Piden 10 años a un hombre que mató a su padre con una azada cuando este agredió a su madre

EFE | Las Palmas

La Fiscalía ha solicitado hoy diez años de cárcel por asesinato para un hombre que mató a su padre en 2011 con una azada en el municipio de Santa Brígida (Gran Canaria), después de que éste hiriera a su madre arrojándole un afilador de cuchillos en medio de una discusión familiar.

La Audiencia de Las Palmas ha abierto hoy el juicio, ante Jurado, contra Marcos Andrés S.S., de 37 años, el vecino del barrio de La Angostura que el 25 de septiembre de 2011 confesó a las fuerzas de seguridad que había matado a golpes a su padre, Andrés S.S.

En los cargos que hoy ha presentado ante el tribunal, el fiscal del caso relata que el procesado y el fallecido estaban discutiendo en la cocina por unos asuntos de caza, en una trifulca que fue subiendo de tomo hasta que el padre arrojó un afilador de cuchillos contra su esposa, que sufrió un golpe en la cabeza.

En ese contexto, el procesado apartó a su madre, agarró un palo y un martillo y golpeó con ellos a su progenitor “de manera brutal y continuada”, hasta dejarlo tumbado en el suelo, sin conocimiento.

En ese momento, tomó una azada y con ella le propinó varios tajos en el cuello y el pecho que le ocasionaron la muerte.

La Fiscalía asegura que Marcos Andrés S.S. no solo buscaba de ese modo matar a su progenitor, sino “vengarse de una conducta anterior de su padre que consideraba abusiva con su familia”.

Concluidos esos hechos, el procesado fue a echar de comer a su animales y se entregó a los agentes que ya acudían a su domicilio alertados por las llamadas de auxilio de su madre.

“Fui yo, no pasa nada. Déjenme echarle de comer a los animales y luego hacen conmigo lo que quieran”, “He sido yo, muerto el perro, se acabó la rabia”, les dijo Marcos Andrés S.S. a los agentes.

El fiscal considera que estos hechos constituyen un delito de asesinato con las agravantes de ensañamiento y parentesco, pero también reconoce al procesado la atenuante muy cualificada de arrebato, porque entiende que cometió estos hechos con sus capacidades mentales mermadas por el temor que tenía a su padre, debido al comportamiento violento y dominante de este.

El Ministerio Público no reclama indemnización alguna al acusado, porque ninguno de los familiares del fallecido ha expresado su deseo de pedirle compensaciones por responsabilidad civil, a pesar de que se les hizo el ofrecimiento oportuno para que se pronunciasen.