El presidente del CD Tenerife está bien asesorado desde el área deportiva de la entidad. La presencia de Quique Medina al frente de la dirección deportiva del club trae consigo decisiones desde la sensatez y la pausa con la que actúa el responsable de la parcela deportiva. Quique ha aprendido rápido. Desde que asumió el cargo el pasado verano ha hecho un cursillo acelerado de gestión deportiva y aprovechamiento de los recursos existentes. Escasos en materia crematística y con poco margen de maniobra para construir un proyecto de garantías cuando no hay billetes en la tesorería de la entidad insular. Pero Medina sabe lo que se trae entre manos; sabe perfectamente quién es el hombre más capacitado para liderar los designios del banquillo del Tenerife en los próximos años. Y ese no es otro que Álvaro Cervera. Su renovación sería un acierto desde todo punto de vista, y a mí no me parece precipitado ni arriesgado apostar por un entrenador como Cervera para que siga al frente de la plantilla durante más tiempo del estipulado. Por eso, el presidente debe seguir los consejos y el asesoramiento de Quique y aceptar la propuesta de continuidad del míster blanquiazul. Cervera es feliz en Tenerife, el Tenerife es feliz con Cervera y por encima de los resultados a corto plazo está el edificar un proyecto que tenga a Álvaro como guía deportivo del camino hacia el éxito. No sé si el CD Tenerife ascenderá esta temporada o no. Lo que si sé es que Cervera es el hombre, y no se debe estar cambiando de entrenador solo por el hecho de no lograr el objetivo esta campaña. Con José Luis Oltra hubo un proyecto a tres años que culminó con un ascenso a Primera. Todo desde el sosiego y la firme apuesta por el mando en plaza del entrenador valenciano. Cervera y Oltra tienen en común una cosa: están lo suficientemente preparados para saber llevar la presión de dirigir a un club como el nuestro, y saben muy bien cómo conseguirlo. Esa es la clave de todo este invento llamado fútbol.