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Reglas de tres> Por Miguel L. Tejera Jordán

Ya saben los lectores que Gerardo Díaz Ferrán, expresidente de CEOE, es decir, de los grandes empresarios de España, dijo no hace mucho que “los trabajadores tenían que trabajar más y cobrar menos”. Por la misma regla de tres, supongo que Díaz Ferrán entenderá que tendrá que pasar más años en prisión a medida que se acumulen los presuntos delitos que se le imputan. Es lo justo, según mi criterio. Sin embargo, ¿saben ustedes lo que sucederá? Pues que el señor Díaz Ferrán, protagonista de las primeras páginas de los periódicos de estos últimos días, por supuesto alzamiento de bienes y blanqueo de capitales, no irá a la cárcel. Como lo oyen.

Les contaré lo que ocurrirá, aunque ustedes ya lo sepan: 1) pagará una fianza para eludir las rejas; 2) permanecerá en libertad mientras se reúnen las pruebas de sus presuntos delitos y se cierra el sumario de la investigación judicial; 3) se celebrará la vista oral; 4) si lo declaran inocente, el fiscal recurrirá (o no; seguramente no…); 4) si lo declaran culpable, sus abogados se encargarán de recurrir a la siguiente instancia. Y el señor Díaz Ferrán continuará en libertad. Para entonces habrán pasado unos cuantos (muchos) años. En dicho tiempo, si no le quitan el pasaporte temiendo que se fugue, pues podrá usarlo para salir de España cuando se le antoje. Y si se lo quitan porque suponen que se dará el piro, ya encontrará quien le falsifique uno que le permita decir adiós muy buenas sin que nadie se dé por enterado. Lógicamente, si tales cosas sucedieran, se mandará a mudar…, como ya lo hizo su dinero.

Y como se aloje en un país que no tenga tratado de extradición con España, pues lo que te rondaré morena para que le metan mano y lo traigan de regreso a casita… Y en el caso de que lo traigan, estará tan viejito que tampoco ingresará en la trena. (Que le quiten lo bailado).

Pero el principal interrogante de este caso -uno más de la escandalosa, criminal y real mamandurria que hay en España- es el siguiente: si esto lo protagoniza un expresidente de los grandes empresarios españoles, ¿qué habrán hecho, sin que lo sepamos, otros muchos de los grandes empresarios que votaron por Díaz Ferrán para que los representara? ¡Que la virgen de Los Remedios nos coja confesados!

La moraleja de cuanto llevo escrito no puede ser otra que la siguiente: aquí ingresa en prisión el que roba una gallina. Los otros: políticos corrompidos hasta la médula y de todos los partidos, banqueros sin escrúpulos y empresarios estafadores, seguirán gozando de la presunción de inocencia. Porque, para cuando la justicia demuestre su culpabilidad, a nosotros, los inocentes, nos han crecido grelos en el pelaje de las orejas y a ellos -los mangantes- los números de sus cuentas corrientes y sus depósitos y propiedades en el extranjero.

Ayer encendí una vela por la Constitución.

Difunta por la ladronicia que nos rodea…