El liderazgo es el conjunto de habilitades que tienen unos pocos para influir en otros o, trasladado al ámbito que nos ocupa, la capacidad de tomar la iniciativa, gestionar, promover, motivar y evaluar un proyecto. Parece sencillo y fácil de conseguir, pero aquí, en España, y en Canarias en particular, es suceso imposible. No sé por qué extraordinaria razón, cuando tenemos en nuestras manos algún proyecto o iniciativa susceptible de ser un éxito, nos empeñamos, bueno, se empeñan, en que no prospere. En poner mil trabas y excusas que retrasan un proceso que, al final, siempre termina liderando otro. Me refiero a lo que está ocurriendo con el sector de las energías renovables: son más baratas, menos contaminantes, aportan investigación y desarrollo, competitividad y empleo y todo gratis, porque la materia prima la produce la propia naturaleza, sin depender de otros. Esto que parece sencillo, que hasta un niño podría enterder, no logra un hueco en la agenda del Gobierno de Mariano Rajoy que, obsesionado por rebajar el déficit energético, que por cierto ha generado el propio Ejecutivo, sigue apostando por las energías convencionales, mucho más caras, contaminantes y dependientes. La convivencia entre los dos tipos de energías, las convencionales y las limpias, es perfectamente compatible.
La revolución económica, tras la crisis, pasará, sin duda, por el sector de las telecomunicaciones (es un hecho visible ya), y por el de las fuentes alternativas de producción energética. Estados Unidos y Europa ya han iniciado este camino; mientras, España, con todas las cualidades a su alcance, sigue tropezando con la misma piedra. Sabemos que una de las razones de que la crisis económica se haya cebado con Canarias es porque nuestra economía estaba sustentada en el sector de la construcción junto con el del turismo. A pesar de que uno de ellos, el turístico, aún sobrevive, la economía canaria sigue coja. Si tenemos el material para construir una nueva pata, ¿por qué no lo hacemos? Las renovables no nos van a sacar de la crisis, pero apostar por un sector que está en auge y que moverá en el futuro inversiones millonarias es apostar a ganador. Seguir pensando que el turismo podrá con todo el peso de la economía canaria es un error. La suerte de poder escribir de esto es que quedará archivado en la hemeroteca y cuando en unos años otros lideren el sector de las energías renevables, podré decir, eso sí, no sé muy bien a quién: “¡Te lo dije!”. Aunque, la verdad, a mí no me hacen mucho caso.