A pesar de que hace menos de dos meses pudimos presenciar en directo las señales más evidentes del cambio climático, con un huracán tropical finalizando su periplo devastador no en Florida sino en el norte de Estados Unidos y Canadá, la cumbre de Doha (Qatar) sobre el cambio climático no ha supuesto ningún avance significativo en la reducción de gases de efecto invernadero.

La UE, si bien ha logrado avances en la reducción de gases, se ha mostrado incapaz de liderar esta transformación, demostrando que la crisis la ha convertido en un barco a la deriva y los cinco países responsables de más de la mitad de las emisiones ( Estados Unidos, China, Rusia, India y Japón ) siguen sin comprometerse, por diferentes razones, al cumplimiento de ningún acuerdo internacional en este materia , y , aún menos, en aspectos de justicia medio ambiental con los pases más desfavorecidos por los efectos previsibles del cambio climático. Lo cierto es que la mayoría de los gobiernos con mayor carbono en sus economías siguen sin tomarse en serio los daños que puedan causar para la vida en el planeta la subida de la temperatura.

Nicholas Stern, que elaboró un informe a solicitud de Tony Blair, advertía en 2006 que se estaba a tiempo de evitar los peores efectos del cambio climático, pero siempre que emprendiéramos de manera inmediata medidas contundentes. El panel intergubernamental de expertos también ha alertado sobre la necesidad de tomar medidas decididas en la reducción de gases de efecto invernadero, sin embargo el cambio que precisa la humanidad se estanca en los centros de decisión política, incapaces de dar el paso hacia esa transformación social y económica que supondrá una economía mundial baja en carbono. Visto este escenario, quizás el Futuro nos reclame que esta sea la primera revolución mundial donde el cambio se plantee también desde lo local.

*CONCEJAL DE SÍ SE PUEDE EN EL AYUNTAMIENTO DE SANTA CRUZ DE TENERIFE