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¿Te gusta la Navidad?

[apunte]”Dejé de creer en Santa Claus cuando mi madre me llevó a verlo en unos grandes almacenes y él me pidió un autógrafo”.
Shirley Temple, actriz infantil norteamericana [/apunte]

Por LEOCADIO MARTÍN

Nos dicen que la Navidad debe ser el tiempo más feliz del año. Una oportunidad para estar contentos y agradecidos con la familia, amigos y colegas. Pero la época navideña no solo representa alegrías y fiestas, también es una de las épocas en las que los episodios depresivos detonan y en los que la tristeza también puede ser mayor en las personas que han tenido pérdidas durante el año. De hecho y según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en estas épocas festivas, los episodios depresivos pueden aumentar hasta en el 40%.

¿Cuáles son las razones de esta tristeza? En países en donde la Navidad viene acompañada de un tiempo oscuro e invernal, la explicación puede venir, en parte, por la incidencia del Síndrome Afectivo Estacional (SAE). Pero lo cierto es que el SAE no explica por qué en otros lugares del mundo en los que la Navidad se celebra con sol y con calor los síntomas son similares.
Las razones pueden estar más relacionadas con expectativas poco realistas o la presión social para disfrutar de este periodo.

Algunas personas incluso se enfadan o se ponen muy tristes debido a la excesiva comercialización de estas fechas, con énfasis exacerbado en compras y en actividades sociales “perfectas”. A otras, las Navidades parecen empujarles a un examen de conciencia excesivo o autovaloración de lo conseguido en la vida. Esto puede introducirles en una mentalidad de fracaso o de victimización, al compararse con otras personas que parecen haber conseguido grandes cosas en su último año o a lo largo de su vida. Muchas personas pueden sentir ansiedad debido a la presión (tanto comercial como propia) a gastar mucho dinero en regalos, incluso a pesar de no tenerlo. Por último, algunas personas manifiestan odiar estas fechas al no tener la posibilidad de compartirlas, bien por estar lejos de casa, o por no tener a nadie con quien hacerlo. Aquí merece una mención especial el efecto de aumento del dolor por pérdidas más o menos recientes y que en Navidad parecen sentirse más, al revivirlas.

Entonces, ¿qué podemos hacer si nos encontramos entre aquellos que la Navidad nos pone tristes? Ray Williams, en Psychology Today, nos hace llegar algunas recomendaciones que nos permitirán ubicar las cosas en su sitio y conseguir sobrellevar o, incluso, disfrutar de estos días.
Pon límites. Respecto al dinero que vas (o puedes) gastar en regalos o a las reuniones navideñas que quieres asistir.

Cuestiona cualquier representación perfecta de la Navidad que te quieran vender.

Evita expectativas, disfrutando el momento y olvidando cómo se supone que deberían ser las cosas.
Implícate en actividades de voluntariado. No económicamente. Acércate y pregunta en qué puedes ayudar a personas que lo están pasando mal.

Haz un balance de lo que tienes, más que pensar en aquello que no tienes o que has perdido.
Evita las lamentaciones acerca de tu vida. Actúa y haz cosas divertidas en estas fechas. Participa. Si eres religioso, acércate a la iglesia.

Enfoca tus pensamientos hacia todo aquello bueno que evoca la Navidad, ver a personas que hace tiempo que no veíamos, compartir más tiempo con la familia, ver cómo los más pequeños disfrutan…
Por último, debemos ser conscientes de que esta época puede ser especialmente difícil para muchas personas que nos rodean. Para aquellos que no tengamos dificultades en esta época del año puede ser un buen momento para apoyar a los que lo pasan mal o simplemente están tristes.
¡Feliz Navidad!

*Psicólogo
leocadiomartin.com
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