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Al servicio de la naturaleza y el hombre – Por Casimiro Curbelo

   

La generosidad de la naturaleza en Canarias es de sobras conocida y aún así no siempre ha sido bien valorada. Unas veces por olvido y otras por descuido, lo cierto es que abundan los espacios en los que incluso se le ha dado la espalda a la que, sin duda, es nuestro principal aliado. Sin embargo, la economía basada en el respeto al medio ambiente y el disfrute de las bellezas naturales se ha ido imponiendo cada día con más fuerza. En consecuencia, es obligado corregir rumbos e impulsar proyectos que nos permitan proteger y rentabilizar nuestros valores, a los que el Archipiélago puede sumar, además, una oferta turística para disfrutar con los cinco sentidos. Acercarse al paisaje ayudando a su conservación, saborear la oferta gastronómica local, descansar y conocer cultura, costumbres y tradiciones en un mismo lugar y en un mismo día no sólo es posible, sino también la mejor manera de mantener y potenciar el turismo como el principal motor económico de las Islas. De acuerdo con esta filosofía, el Cabildo de La Gomera ha apostado por un conjunto de infraestructuras al servicio de la naturaleza y el hombre, entre las que se encuentra el Mirador de Abrante, una de las de las instalaciones más espectaculares de Canarias, que esta semana entregó el Gobierno de Canarias al Ayuntamiento de Agulo.

El diseño innovador de la obra, que ha defendido con ahínco la Corporación municipal dentro del programa “Estrategias para la Recuperación de los Nuevos Espacios Turísticos”, iniciado bajo el Gobierno socialista de Zapatero y continuado con posterioridad por el Ejecutivo regional, al que ha correspondido su licitación y adjudicación, además de una obra ejecutada con esmero y sabiduría en su integración paisajística por técnicos, empresas y personal canario, es garantía de éxito. No se trata de una instalación cualquiera. Desde una plataforma acristalada de 9 metros de largo, que se suspende al borde de un acantilado y da una sensación de vacío, este balcón abierto a Agulo brinda una vista aérea única del municipio en el que se localiza, con El Teide, el pico más alto de España, como telón de fondo. Construido para ser sostenible, requiere, no obstante, que se le añadan valores de identidad como la oferta gastronómica y un servicio de información diversa. Y es necesario, asimismo, que se integre en el conjunto de la oferta turística insular para que se convierta en un lugar de encuentro para senderistas y cumpla su función como atractivo para el desarrollo económico municipal y de toda la Isla. El Mirador de Abrante es sólo una de las muchas infraestructuras proyectadas en La Gomera para optimizar el medio natural. Existen otros muchos miradores importantes: de César Manrique, en El Palmarejo, con vistas excepcionales de Valle Gran Rey, o el del Santo, en el mismo municipio y pendiente aún su conclusión por parte del Gobierno regional, amén de otros enclaves como el Centro de Visitantes, en Agulo, o el Mirador de Los Roques, en San Sebastián. Veinticinco pequeños miradores, distribuidos por la isla y vinculados a los senderos, a los que se suman también los museos, las casas y los hoteles rurales como el de Triana, en Vallehermoso; Los Herrera, en Hermigua, e Imada, en Alajeró, entre otros, completan una red al servicio del turismo que ha sido impulsada por las administraciones y que pueden ser gestionada por la iniciativa privada. La voluntad de los gobiernos, junto a la iniciativa de nuestros empresarios y el respaldo de los visitantes, es clave para una oferta turística rentable en el futuro próximo, hacia el que se ha dado un paso importante.

*PRESIDENTE DEL CABILDO DE LA GOMERA