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‘Bajaciones’ y listillos – Por María Fresno

   

Hay temas que nunca fallan. Escribir de ellos es éxito mediático seguro. De hecho, en el periódico cuando redactamos la noticia ya sabemos si va a tirar o no en la web. Y en este campo tengo todas las de perder. La economía, a pesar de estar de actualidad, no crea expectación. La prima de riesgo, el BCE, Luis de Guindos, Montoro, la Bolsa o el déficit no causan sensación entre nuestros lectores. Ahí mis colegas Vicente Pérez y Tinerfe Fumero se llevan el primer premio. Los sucesos no tienen competencia. Bueno, salvo cuando mis compañeros de la edición digital adelantan la portada de Interviu del domingo. Nadie puede con eso. Ese día la chica de portada está entre las noticias más leídas, o vistas según se mire. [Me niego a valorar este fenómeno]. Solamente tengo opciones de entrar en este ránking cuando escribo artículos sobre temas que afectan al bolsillo de la gente o sobre funcionarios [en este último caso, también me niego a valorar este fenómeno]. Así que hoy he optado por hablar de los empleados públicos y sus bajaciones.

Para los que no lo sepan, las bajaciones es un término que se asocia a aquella actividad que consiste en fingir una dolencia o una enfermedad para así tener una excusa para no ir a trabajar. Vamos, el equivalente al dolor de barriga o poner el termómetro cerca de una bombilla en la época escolar. Este método es utilizado por muchos, funcionarios y no funcionarios, para excusarse del trabajo y tomarse el día libre: compras, niños enfermos o trámites administrativos. En la empresa privada esta actividad es vigilada con lupa, y la administración ha decidido hacer lo mismo. Hace poco escuché una conversación entre dos funcionarios donde uno le reprochaba al otro que sus bajaciones le habían costado dinero, porque “ahora están pagando justos por pecadores”. Antes uno acudía al médico amigo le decía que estaba un poco estresado y le daba la baja. Ahora, el Gobierno ha cerrado el grifo, y no solo ha endurecido los trámites, si no que durante los días de baja les reduce un 50% el sueldo. Entre todos mataron la gallina de los huevos de oro y ahora, cuando se recortan los privilegios, los unos pagan por lo que han hecho los otros. Aún recuerdo al listillo de mi clase que hablaba sin parar y al profesor que nos castigaba por su culpa. La diferencia es que en la administración hay muchos mas listillos.

@MariaFresno72 | mfresno.blogspot.com