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¿Crecimiento sin empleo? – Por Francisco Pomares

El Consejo Económico y Social de Canarias, un organismo asesor de la Presidencia del Gobierno, que preside Fernando Redondo, ha augurado una mejoría de la situación económica en las Islas que supondría cerrar el año 2013 con alrededor de un uno por ciento de crecimiento en el PIB, y que comenzaría a producirse a partir del mes de junio, fruto de los resultados del sector turístico. En la presentación de esta previsión del CES, Redondo coincide con la doctrina oficial de Presidencia del Gobierno, que es la de que Canarias comenzará a salir de la crisis antes de concluir este año que acaba de comenzar. Sin embargo, Redondo no se manifiesta tan optimista como el presidente Rivero cuando este presenta la economía de Canarias como un modelo a seguir por el resto de las regiones españolas, o cuando asegura en su discurso de fin de año que saldremos de esta todos unidos. Redondo aclara que la economía va a mejorar, pero que eso no va a crear empleos netos en el año 2013. Es decir, que este año, a pesar del crecimiento previsto en el PIB, en Canarias seguirá aumentando el número de ciudadanos que se queden sin trabajo. No quiero ser aguafiestas: es una buena noticia la previsión de que el PIB canario vaya a crecer por encima del nacional. Si el PIB no crece, esta región no se recuperará nunca. Pero quizá sea bueno un poco de autocrítica y preguntarse en voz alta por qué nuestra economía no es capaz de crear empleo cuando aumenta la producción.

La respuesta clásica del presidente Rivero y su entorno más próximo es que los puestos de trabajo que se crean en Canarias son ocupados por foráneos, lo que hace crecer la población activa sin reducir el desempleo. Es una explicación que no explica mucho, sobre todo después de veinte años -veinte- de escuchar al propio Rivero proponer medidas contra la contratación de extranjeros, y de cinco años de gobierno en los que se ha seguido hablando de esas medidas y se han propuesto actuaciones que al parecer no han servido para nada. Quizá haya otras explicaciones: una de ellas tendría que ver con la incapacidad o el desinterés de nuestra administración para distribuir la riqueza que se produce en las Islas. Los beneficios de este crecimiento previsto, si no crean empleo, caerán sin duda en algún lado, probablemente en manos de los de siempre, ese grupo de empresas y familias cercanas al poder que están saliendo de la crisis sin despeinarse. Eso es lo único que podría explicar que esta región siguiera siendo la región con más paro de España con crecimientos del cuatro por ciento, en los tiempos en que nuestro Gobierno ataba con longaniza los perros de su escudo.