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Descienden las infracciones ambientales en los barrancos

   

Barranco de Las Nieves

El cauce del barranco de Las Nieves, a su paso por la ciudad de Santa Cruz de La Palma. / DA

EUGENIA PAIZ | Santa Cruz de La Palma

Los cientos de familias palmeras cuyas viviendas se encuentran muy cerca del cauce de los barrancos e, incluso, dentro de estas depresiones del terreno pese a los riesgos que ello supone por la posibilidad de que se produzcan escorrentías, han cobrado en el último lustro conciencia de los riesgos que suponen las prácticas que en el pasado eran relativamente habituales pero que en los últimos años se han ido desechando, en parte, por las duras sanciones impuestas por las autoridades medioambientales y también por el compromiso vecinal de mantener limpios los cauces de los barrancos, tanto por el valor ambiental como por seguridad.

Así lo demuestran las estadísticas facilitadas por el Consejo Insular de Aguas, que revelan un descenso gradual de las infracciones registradas en los cauces de los barrancos de la Isla frente a otros a territorios en los que la apertura de expedientes aumenta.

En la isla de La Palma el cómputo por este tipo de infracciones medioambientales es muy bajo, con tan solo tres faltas denunciadas por la policía de los cauces, que mantiene a lo largo de todo el año una estricta labor de vigilancia para evitar que se lleven a cabo vertidos y garantizar que el agua pueda discurrir por las ramblas naturales sin que pueda producirse ninguna clase de obstrucción. Una circunstancia que tradicionalmente ha estado causada por la ejecución de obras sin los preceptivos permisos, tales como cuartos de apero, muros, vallados y movimientos de tierras o encauzamientos, además de vertidos de escombros o basuras y por acumulación de materiales.

El consejero de Planificación y Aguas del Cabildo palmero, Luis Viña Ramos, recordó que a lo largo del pasado año 2012 se llevaron a cabo una serie de actuaciones en hasta nueve barrancos de la Isla, en los que se realizó una inversión total que ascendió a 1,4 millones de euros, de entre las que destacan algunas, como las llevadas a cabo en el barranco de Los Tilos, San Andrés y Sauces, en el de La Gata, de Los Llanos de Aridane, así como en el barranco de Las Angustias, Tiguerorte, en Mazo, y La Laja, este último en Breña Alta.