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Dimisión – Por María Fresno

   

No hay mejor signo de cobardía que huir cuando la situación se pone fea. O lo que es lo mismo, abandonar el barco antes de que se hunda, como hizo el estrafalario capitán del ‘Costa Concordia’ Francesco Schettino. La dimisión, un par de días después de comenzar el 2013, de la consejera de Empleo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, Margarita Ramos, no es que pillase por sorpresa. De hecho, fue su propio partido, el PSOE, quien le rogó que no lo hiciera antes de la aprobación de los presupuestos generales de la Comunidad. Sin embargo, respetando profundamente los motivos personales aludidos [estos son incuestionables) si es cierto que podría haber renunciado a su cargo por responsabilidad. Y es que responsabilidad es una palabra extensa e intensa, que no forma parte del vocabulario político. Era ya conocido que Margarita Ramos estaba descontenta no solo con sus socios de Gobierno (CC), por haberla dejado prácticamente sin financiación para ejecutar los planes de empleo; sino también con su propio partido (el PSOE) que no la ha apoyado en esta batalla interna. Más de una vez se oyó a la consejera reclamar más presupuesto, unas peticiones que no fueron ni escuchadas ni alentadas por los socialistas.

Durante su gestión, el número de parados creció mes tras mes (menos en este último que bajó); en otro de sus departamentos, el de Industria, nos encontramos con un sector, el de las renovables, que como no se tomen medidas en breve, entrará en caída libre. Y en comercio, a parte de proponer que las rebajas empiecen el 2 de enero, no hay más. Puede que la culpa no sea exclusivamente suya. Seguro que no lo es, y, además, estoy convencida de que ha hecho lo posible. Pero, por responsabilidad, cuando las cosas no van, cuando no hay dinero, cuando Madrid no hace caso; no se puede huir sino dar la cara. Hay muchas otras Consejerías, y de su mismo partido, que han visto mermado su presupuesto y sus consejeros no han salido corriendo. No son buenos tiempos para nadie. Ni para los que gestionan, ni para los parados. Tampoco para los que tienen un empleo, los jóvenes o los mayores. Ni siquiera para funcionarios, médicos, ingenieros o periodistas. Pero la diferencia entre todos nosotros y los políticos-gestores, es que ellos han adquirido un compromiso, tienen una responsabilidad. Por eso digo que hubiera sido mucho mejor oirla decir que dimite porque no ha sido capaz, con los mecanismos que tenía en su mano, de reducir la tasa del paro o de sacar adelante el modelo de las renovables en Canarias. Esto si hubiera sido un ejercicio de responsabilidad.

@MariaFresno72 | www.mfresno.blogspot.com