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De espaldas a los volcanes – Por Ricardo Melchior

   

La pasada semana tuvimos ocasión de conocer la memoria de la ingente actividad desplegada por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), a lo largo de 2012, en apartados diversos como la vigilancia volcánica, la investigación y la divulgación científica. Dotado de una modesta estructura, con solo cinco trabajadores y una treintena de colaboradores, el balance de su gestión durante el pasado año vuelve a evidenciar la enorme laboriosidad que caracteriza a esta entidad desde su creación, igual que el entusiasmo que distingue a sus miembros en el desarrollo de cualquiera de las iniciativas emprendidas, dotadas de un evidente sello de calidad.

En la presentación, el director del instituto, Nemesio Pérez, destacó los hitos más significativos de esa actividad, como la vigilancia volcánica desarrollada en Tenerife, El Hierro, Cumbre Vieja (La Palma), Timanfaya (Lanzarote) y el sistema volcánico del Archipiélago; la realización de 17 proyectos de investigación o la publicación de 30 trabajos científicos. Entre los primeros destacó los referidos a la exploración geotérmica de las Islas, cofinanciados por el Plan Nacional de I+D+i 2008-2011 y la empresa hispano-australiana Petratherm, con otra actividad similar en Ecuador, y los estudios geoquímicos de fluidos terrestres hechos en la Península y de niveles de radón en la Cueva del Viento.

Respecto a su capacidad divulgativa, tan importante en el campo de las ciencias, hay que significar la elaboración de un documental sobre la erupción del Teneguía, unida a la colaboración mantenida con Radio Televisión Española. Fruto de este acuerdo han surgido siete proyectos de difusión y educación de distinta naturaleza, en los que se engloban la tercera temporada de Tele-Planeta o la cuarta de Planeta Vivo Radio. Además, los habitantes de diversos municipios de las Islas han tenido ocasión de conocer otra realización del instituto, el programa “Canarias: una ventana volcánica en el Atlántico”, que alcanza su quinta edición desde que iniciara en 2008 un periplo por todo el Archipiélago.

Sin embargo, pese a tanta y tan rica actividad, el futuro del instituto se torna cada vez más incierto. Tal y como dijimos en el acto de presentación de la memoria, el Cabildo de Tenerife no puede seguir sosteniendo al Involcan por sí solo. Exigimos el apoyo de otras administraciones públicas, en todos los niveles, si queremos que este centro permanezca vivo. De lo contrario, si los gobiernos del Estado y de Canarias, igual que el resto de las corporaciones insulares, no dan un paso adelante, el Archipiélago dejará de contar con este importante instituto, surgido -hay que recordarlo- de una vieja aspiración abanderada por el profesor Telesforo Bravo, uno de los mejores conocedores de nuestro volcanismo y de manera particular del Teide.

Lo peor del caso, lo más lastimoso, es que esta situación viene de largo, por más que hayan pasado más de siete años desde que lográramos que altas instituciones, como el Senado y el Parlamento autonómico, se pronunciaran a favor de apoyar la creación del Involcan. Pero se ve que ha servido de poco. Los gobiernos del Estado y de Canarias han hecho oídos sordos a los acuerdos adoptados en una y otra cámara. Tampoco se ha tenido en cuenta el decidido respaldo de medio centenar de prestigiosos especialistas de todo el país, procedentes de una treintena de instituciones y organizaciones científicas y profesionales, recogido en el ‘Manifiesto por el Instituto Volcanológico de Canarias’. Y menos aún, pese a la proximidad temporal, la valiosísima participación que ha jugado el instituto en la crisis sísmico-volcánica de El Hierro.

Ciertamente, el balance con tanta insensibilidad resulta desolador y denota una inexplicable actitud: estar de espaldas a los volcanes, con todo lo que representan en nuestra realidad.

*PRESIDENTE DEL CABILDO DE TENERIFE