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Irene Cabrera: “Todos los días me acuerdo de mi padre”

   

Irene Cabrera - Voleibol

Irene Cabrera junto a su madre, el pasado sábado. / DA

LUIS DE LA CRUZ | Santa Cruz de Tenerife

El voleibol forma parte indiscutible de su vida. Irene Cabrera es la hija de Quico Cabrera, el que fuera presidente del CV Tenerife, el equipo más laureado de toda la provincia, y que ya no está entre nosotros.

A sus 30 años disfruta plenamente de este deporte y es una de las jugadoras más importantes de la sección de voleibol femenino del FC Barcelona, de la Superliga Femenina. El pasado sábado estuvo con su equipo en el Pabellón Central de Deportes de la capital tinerfeña para medirse al Santa Cruz Cuesta Piedra. Al término del partido recordó al dirigente herreño: “Todos los días me acuerdo de él. Jugó un papel fundamental en mi formación, tanto como persona como deportista. Llevo su número y su nombre en la camiseta y es un orgullo”.

Se está recuperando de una lesión de tobillo y en la Isla tuvo la oportunidad de jugar dos set con el equipo blaugrana. “Las sensaciones son bastante buenas”, reconoció.

Respecto a la mala situación que vive el voleibol de Tenerife recuerda que “hemos vivido momentos muy bonitos, tanto con el Tenerife, como con el Aguere y con el Cuesta Piedra pero, ahora, vivimos una situación de crisis y eso pasa factura a los deportes minoritarios”.

No se pone fecha de caducidad a la hora de seguir en las pistas. “Después de superar la lesión, me encuentro muy bien físicamente y tengo ganas de seguir jugando hasta que el cuerpo aguante. De todas maneras, lo compagino con mi actividad profesional de diseñadora gráfica y espero hacerlo durante mucho tiempo”, explica.

El sábado vivió un encuentro emotivo, pues en la grada la esperaba su madre, Zoraida Lorenzo, quien disfrutó mucho de su juego y de la victoria del cuadro catalán. Una vez concluyó el duelo, Irene le lanzó un beso de complicidad.

Cabrera también sintió de nuevo el calor del público chicharerro, porque “aquí se vive el voleibol de manera diferente y varias personas se acercaron para preguntarme cómo me va en el Barcelona y esto te gusta porque tu gente no te olvida”.

Irene vive plenamente asentada en Barcelona, donde también desarrolla su profesión.