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Las mujeres de Nueva Delhi se organizan para evitar violaciones en grupo

   

EUROPA PRESS | Nueva Delhi

Las mujeres que residen en Nueva Delhi están adoptando una serie de medidas, entre las que se incluyen dar clases de defensa personal, dotarse de aerosoles antiviolación y subirse únicamente a los taxis conducidos por mujeres, con el objetivo de evitar ser víctimas de una violación en grupo como le ocurrió en diciembre a una joven estudiante en la capital india.

El ataque a esa joven de 23 años, que fue agredida y violada por seis hombres en un autobús y abandonada desangrada en plena calle, ha conmocionado a la sociedad india y ha provocado una ola de protestas para reclamar justicia y mayor seguridad para las mujeres.

En respuesta al malestar de los ciudadanos, el Gobierno indio ha adoptado varias medidas para tratar de generar confianza pero muchas mujeres mantienen que no pueden confiar en una Policía formada por agentes con poca sensibilidad y mal pagados.

“No es un secreto que Nueva Delhi es insegura para las mujeres. Muchos de nosotros lo sabemos desde hace mucho pero este caso ha puesto a la luz esta situación”, ha explicado Sunanda Jalote, una estudiante de 18 años de psicología que está recibiendo su primera clase de autodefensa en el sur de Nueva Delhi.

“Verdaderamente, (este caso) ha minado la confianza de las mujeres en esta ciudad. No nos gusta esto. Queremos poder salir donde queramos, a cualquier hora del día y de la noche, y sentirnos seguras. Para eso, tienes que aprender a defenderte”, ha indicado.

Con una población de unos 16 millones de personas, Nueva Delhi tiene la reputación de ser “la capital de la violación”, con un número de violaciones al año mayor que el de cualquier otra ciudad del país.

En 2012, se registraron 706 violaciones, lo que representó un aumento del 23 por ciento respecto al año anterior, según datos de la Policía, que ha precisado que los casos de abusos sexuales aumentaron un once por ciento, hasta alcanzar los 727 el año pasado.

Las compañías privadas que imparten clases de defensa personal en la capital india han asegurado que han multiplicado el número de solicitudes y de incorporaciones desde la violación múltiple a la jóven registrado el pasado 16 de diciembre.

“Desde que ocurrió el incidente, el número de solicitudes y de ingresos se ha disparado considerablemente, cerca de un 40 por ciento”, ha indicado Ankur Sharma, uno de los profesores del centro Invictus. Sharma ha afirmado que la mayoría de las solicitudes son de mujeres estudiantes y profesionales con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años.

Sharma ha señalado que muchas empresas, especialmente las que emplean a mujeres en turnos de tarde o noche, han reservado cursos de defensa personal para sus trabajadores.

Una encuesta elaborada por la Asociación de Cámaras de Comercio e Industria de India a comienzos de enero ha puesto de manifiesto que el 80 por ciento de las mujeres que trabajan en empresas de externalización están saliendo antes de su trabajo, una tendencia que ha hecho disminuir la productividad de estas compañías.

El estudio, basado en entrevistas a 2.500 mujeres que trabajan en Nueva Delhi y sus alrededores, ha revelado que la mayoría de las trabajadoras tienen miedo de usar por la noche servicios de transporte público como autobuses, rickshaws y el metro.

A esta tendencia se suma el aumento de las reservas en operador de taxis Saja, un servicio que sólo cuenta con mujeres conductoras y que asegura que ha recibido un incremento del 35 por ciento en su demanda durante el último mes.

Además, el espray de pimienta, un aerosol para evitar agresiones y violaciones, ha aumentado sus ventas en los centros comerciales de la capital india desde la violación de la joven el pasado mes de diciembre. En concreto, las ventas han llegado a ser cinco veces superiores a las registradas antes de esa brutal agresión.

Tras la violación en grupo de la joven, las autoridades anunciaron medidas para reforzar la seguridad de las mujeres como la creación de una línea telefónica de atención permanente, más policías patrullando en las calles, una ofensiva contra los conductores borrachos y directrices a las empresas para que garanticen el regreso de sus trabajadoras a casa.