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Una tacorontera fue, en 1933, la primera alcaldesa en la historia de Canarias

   

Iglesia de San Pedro, en El Sauzal (siglo XIX)

Fachada de la iglesia de San Pedro, en El Sauzal, a principios del siglo XIX. / Foto cedida por la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía de Canarias (FEDAC). / AUTOR: DESCONOCIDO.

AGUSTÍN M. GONZÁLEZ | Santa Cruz de Tenerife

Se cumplen ochenta años del nombramiento de la primera alcaldesa en la historia de Canarias. A pesar del tiempo transcurrido, aún las mujeres isleñas tienen mucho camino que recorrer en en la lucha por sus derechos y por la igualdad. Apenas medio centenar han ostentado presidencias municipales en todo el Archipiélago durante estos ocho decenios. Fue una tacorontera, Baldomera María García Fuentes, la que tuvo el honor de ser la primera mujer alcalde de la isla de Tenerife y de toda Canarias, aunque no lo fue de su pueblo natal, sino del vecino El Sauzal, donde ejercía como maestra. Tal y como recoge María Inmaculada García Rodríguez en su trabajo ‘Las alcaldesas de Canarias (1933-2007)’, las primeras alcaldesas de las Islas se nombraron en 1933 por la Segunda República y por este orden: Baldomera María García Fuentes (El Sauzal), Juana González González (Granadilla de Abona), María del Carmen Luengo y del Arco (Vallehermoso) y Concepción García Suárez (Santiago del Teide); las cuatro eran integrantes de las provisionales Comisiones Gestoras Municipales.

Según cuenta Enrique Acosta Dorta en una de sus publicaciones dedicadas a Tacoronte, la pionera de las regidoras, Baldomera María, nació en la Carretera Nueva, cerca de La Estación, el 27 de febrero de 1908. Estudió Magisterio en la Universidad de La Laguna y comenzó su etapa docente en la escuela del barrio sauzalero de Ravelo. Fue elegida alcaldesa, con apenas 25 años, porque el sistema de elección implantado entonces establecía que debía ser nombrado alcalde el funcionario de menor edad que desempeñara sus funciones en el municipio. Y le tocó a ella la lotería.

La prensa de la época se hizo eco de la noticia, destacando “cuan bonita y elegante” es la alcaldesa y su alegría al verse elegida primera autoridad municipal. “que no tiene límites y no oculta su satisfacción que halaga su vanidad de mujer”. Una de sus primeras gestiones fue una reunión con el presidente del Cabildo, Maximino Acea, para pedir un camino vecinal que comunicara el pueblo de El Sauzal con la carretera general, una subvención para el osario del cementerio y un teléfono para el pago de Ravelo.

La propia Baldomera, ya anciana aunque “guapa y culta como siempre”, contó a Enrique Acosta que no era nada fácil ser alcaldesa en esos años. Tenía que ir caminando de Tacoronte a El Sauzal porque no había coches ni guaguas como hoy; y ni siquiera cobraba un sueldo. A los tres meses de mandato el Ayuntamiento sufrió un incendio, en el que se perdieron todos los libros de actas y una parte importante del archivo municipal. La culpa del incidente recayó en el secretario de la Corporación y su hermano, que era oficial del consistorio. Los dos fueron detenidos y encarcelados. Baldomera aprovechó estos acontecimientos y puso el cargo a disposición del Gobernador Civil, según consta en el acta municipal del 10 de mayo de 1933. Luego se casó con Juan Caballero, que era secretario de Magistratura del Trabajo, y se desplazaron a Gran Canaria. Regresaron a Tenerife en 1945 y se instalaron en Santa Cruz, aunque no dejó de visitar su Tacoronte natal y el pueblo vecino que, por azar, gobernó.