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Veintiún muertos al estrellarse avión junto a la ciudad kazaja de Alma Ata

   

EFE | Moscú

Veintiuna personas, entre ellas un niño, murieron hoy al estrellarse un avión de pasajeros junto a Alma Ata, la mayor ciudad y antigua capital de Kazajistán, en la segunda tragedia aérea que enluta en poco más de un mes a esa antigua república soviética en Asia Central.

El aparato, un CRJ-200 cayó entre la carretera Kulzhinski y el poblado Kyzutu cuando comenzaba a realizar un segundo intento de aterrizaje en el aeropuerto de Alma Ata en medio de una intensa niebla, informó el Departamento de Emergencia local, citado por la agencia rusa Interfax

“A bordo se encontraban cinco tripulantes y quince pasajeros. Según datos preliminares no hay supervivientes”, señaló en un primer momento la línea aérea SCAT, a la que pertenece la aeronave siniestrada.

Sin embargo, unas horas después del accidente, que se produjo las 13.13 hora local (07.13), la Fiscalía General kazaja precisó que a bordo del avión, de fabricación canadiense, se hallaban veintiuna personas, un pasajero más, extremo que fue confirmado por la línea aérea.

El presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev, expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas del accidente aéreo e impartió instrucciones al Gobierno de prestarles toda la asistencia necesaria.

El birreactor, con capacidad para hasta 50 pasajeros, cumplía el vuelo regular DV760 entre las ciudades de Koshketau y Alma Ata y se precipitó a tierra a poco más de un kilómetros de la pista de aterrizaje.

Según testigos citados por Interfax, el avión no estalló en llamas tras la colisión con tierra.

El lugar del accidente fue acordonado por la policía y las fuerzas de seguridad, que hasta el momento no han informado del hallazgo de las “cajas negras” del CRJ-200.

El aparato siniestrado, fabricado en 2000, tenía 25.707 horas de vuelo y había efectuado un total de 22.975 aterrizajes.

Según medios kazajos, el birreactor había sido sometido a su última reparación de rigor el 26 de junio de 2011 y contaba con una certificación de vuelo válida hasta el 20 de septiembre del año en curso.

El accidente no interrumpió el funcionamiento del aeropuerto de Alma Ata, informó desde el lugar de los hecho la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti.

La línea aérea SCAT no adelantó posibles causas de la tragedia, que se harán públicas una vez que concluya la investigación.

La Fiscalía General, por su parte incoó un proceso penal por presuntas violaciones a las normas de vuelo y de explotación de naves aérea, trámite de rigor cuando se producen este tipo de accidentes.

Por orden del primer ministro kazajo, Serik Ajmétov, fue creada una comisión gubernamental para supervisar la investigación del accidente, que encabezó el viceprimer ministro y titular de Desarrollo Regional, Bakytzhán Saguintáyev.

El de hoy es el segundo desastre aéreo en el territorio de Kazajistán en poco más de un mes: el 25 de diciembre pasado un avión An-72 de la Guardia Fronteriza kazaja se estrelló a 20 kilómetros del aeropuerto de Shimkent, su lugar de destino.

En ese accidente murieron todos los ocupantes del An-72: sus siete tripulantes y 20 militares, entre ellos Targanbak Stambekov, comandante en jefe en funciones de la Guardia Fronteriza, servicio dependiente del Comité de Seguridad Nacional de Kazajistán