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Verónica Rodríguez: “Ya lo he perdido casi todo”

   

Verónica Rodríguez, ayer, en el puesto de salvamento de Playa de Las Vistas, donde está acampada. | N.D.

Verónica Rodríguez, ayer, en el puesto de salvamento de Playa de Las Vistas, donde está acampada. | N.D.

NICOLÁS DORTA | Arona

Está en huelga de hambre desde la noche de ayer. Lleva seis meses sin cobrar y ya tiene “poco que perder, porque ya lo he perdido casi todo”. Verónica Rodríguez es una de los veinte socorristas que reclama justicia ante una situación límite que vive junto a sus compañeros. Ayer pasaba la primera noche sola, en una caseta de campaña, junto a su perro, en el puesto de vigilancia de Salvamento, en Las Vistas. Pudo dormir mientras la música de los locales de San Telmo se apagaba y solo quedaba el sonido del mar. Está apunto de ser desahuciada pues su familia no puede ya asumir los gastos de una hipoteca y necesita un sueldo.

El puesto de Salvamento está lleno de carteles donde se puede leer “con la vida de los bañistas no se juega”,“S.O.S Life Guard” o “seis meses sin cobrar”. A pocos metros, dos compañeros de Verónica prestan el servicio de baño adaptado, que se ha reactivado hace un mes, cuentan, junto a otro cartel describiendo su situación. Algunos turistas les dejan propina. “Al menos con esto podemos hacer algo aunque sea poco, porque ya no aguantamos más”, sostiene uno de ellos. Cuentan que hacen una media de veinte baños diarios a personas con discapacidad.

Los socorristas de Arona están en huelga desde el 9 de noviembre. / DA

Los socorristas de Arona están en huelga desde el 9 de noviembre. / DA

El problema sigue: los chicos están en huelga desde el pasado 9 de noviembre y hacen servicios mínimos, con menos de la mitad del personal para cada playa, con el riesgo de que haga falta más gente ante una emergencia. La empresa que “sostiene” el servicio está en quiebra y no puede asumir los gastos de estos trabajadores. El Ayuntamiento está a punto de adjudicarlo a una nueva empresa, pero el problema es quién asume la deuda. A los socorristas el Ayuntamiento les ofreció un nuevo contrato pero no hubo consenso. “Nos querían contratar sin respetarnos la antigüedad, quitándonos todos nuestros derechos”, dice Verónica. Ahora está a la espera de que una nueva adjudicataria acabe con esta pesadilla. Pero Verónica está dispuesta a llegar “donde sea”. Lleva desde 2011 trabajando pero ha estado muchos meses de baja por unas migrañas.

El alcalde, Francisco Niño, no ha pasado por el puesto de Salvamento, cometan. Antonio Sosa, responsable de Medio Ambiente sí lo ha hecho, pero nada ha cambiado. La presencia de los socorristas el martes en el pleno no ha servido de mucho.