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Un país de piche > Por Blanca Delia

   

“Pero dónde te metiste”, preguntaba mi madre enfadada los días en los que la corriente traía a la orilla una suciedad negra que se pegaba y no había cómo sacarse del bañador, las cholas e incluso la piel.

Yo había ido a mi playa de siempre, pero algún barco había pasado cerca de la costa y aparecía el piche -chapapote para el resto de España- Durante unos días mi lugar favorito se convertía en un infierno, que hoy amenaza con perpetuarse.

El Tribunal Constitucional ha rechazado que Canarias pueda decidir sobre sondeos petrolíferos, lo que sorprendentemente parece haber satisfecho a una parte de los que también viven en esta tierra -debe ser porque no le gusta el mar ni el turismo, al que nos vendemos como “maravilloso destino de sol y playa”.

Representantes del PP se han hecho eco con alegría de la sentencia en la que se señala que el mar no forma parte del territorio de una comunidad autónoma y, por tanto, la competencia autonómica no comprende el otorgamiento de autorizaciones de exploración y permisos de investigación en el subsuelo marino. ¡Viva España y sus colonias!
Una ayudita para los representantes estatales y las empresas que están a favor de buscar y sacar petróleo de nuestras costas, que entonces se llenarán de barcos y de mierda, como mierda se ha extendido ya por todo el país gracias a otros escabrosos asuntos judiciales: Díaz Ferrán, Iñaki Undargarin y, cómo no, el caso Gürtel.

La Fiscalía Anticorrupción ha iniciado el interrogatorio a los principales implicados en la supuesta contabilidad secreta del PP reflejada en un manuscrito conocido como “la libreta de Bárcenas”. Al parecer, pues ya nadie sabe lo que es verdad o mentira en España, el extesorero del PP anotó los pagos periódicos de sobresueldos a dirigentes populares.

Otra información apunta que un juez de la Audiencia Nacional ha encontrado una nueva cuenta en Suiza, con la que Bárcenas transfirió los fondos que le permitieron acogerse a la amnistía fiscal y regularizar casi 11 millones de euros. ¡Ahí es nada! Y para colmo, José María Aznar amenaza con volver para poner limpieza y orden.
Tal vez el ex presidente Popular ha descubierto un nuevo producto de esos que le hubiera gustado tener a mi madre aquellos tristes días de playa, pero mucho me temo que no existan fórmulas maestras para este país de piche. Salvo que se dé un giro radical para situarnos al lado del interés general y el medio ambiente, la corrupción y la marea negra acabarán con todos nosotros.