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Un acusado de apuñalar mortalmente a su mujer dice que la habría matado un mes antes de haber podido

   

EUROPA PRESS | Valencia

Un hombre acusado de apuñalar mortalmente a su mujer en la peluquería en la que ésta trabajaba, en Puçol (Valencia), ha afirmado durante el juicio ante un jurado popular que ya la habría matado “un mes antes” tras una discusión en plena calle “si hubiera tenido algo” con lo que hacerlo. “Exploté y si aquel día hubiera tenido algo, probablemente la hubiera matado”, ha dicho.

Este hombre, que está siendo juzgado en la Audiencia de Valencia, se enfrenta a una pena de 21 años de prisión –tal y como solicita el ministerio fiscal– por un delito de quebrantamiento de condena y otro de asesinato, con la circunstancia agravante de parentesco.

Frente a esta solicitud, su abogado ha solicitado la absolución al estimar que no hay delito, ya que todo fue fruto de un forcejeo. También ha alegado que su representado lleva más de 17 años en tratamiento por depresión neurótica, trastorno de personalidad y abuso del alcohol.

El hombre, camionero de profesión, y su mujer, se conocieron en Marruecos en el año 1994, “en un parada de autobús”, ha expuesto él. Ha explicado que entonces iniciaron una relación, y ella se vino a España con él. Sin embargo, ha lamentado que “no se vino por amor, se vino por dinero. Ella me lo fue sacando todo y ahora soy insolvente”, ha reiterado durante la vista. “Los marroquís lo único que quieren es dinero, se dedican a la extorsión y al robo”, ha agregado.

Posteriormente, la pareja se casó y tuvo una hija, que en el momento de los hechos tenía 16 años. El hombre ha explicado que le puso 12 millones de pesetas para que su pareja se montara una peluquería, “pero cuando caí enfermo, ya no le valía, ya no le servía”. Así, ha indicado que tuvieron una discusión en plena calle, en agosto de 2011, y que ese día, “si hubiera tenido algo”, probablemente la hubiera matado.

Como consecuencia de este incidente, el juzgado le condenó por un delito de malos tratos en el ámbito familiar y le prohibió acercarse a su mujer. Desde ese día, se tuvo que ir de la vivienda que ambos compartían. Ha indicado que se quedó en la calle, y que no tenía acceso a ninguna de sus cuentas porque ella se las iba cerrando. El hombre ha señalado que no se saltó esta prohibición, y por este motivo la fiscal le ha preguntado por un encuentro que hubo entre ambos el 10 de septiembre. Al respecto, ha dicho que fue ella la que se acercó a él cuando se encontraba limpiando el coche.

“ME AMARGABA LA VIDA”

“Últimamente no era feliz porque ella me amargaba la vida, escondiéndome el dinero”, ha proseguido, y ha relatado que el día de los hechos, el 21 septiembre de 2011, sobre las 19.00 horas, se presentó en la peluquería para pedirle dinero a su pareja. Cuando entró, ha indicado que ella estaba hablando con alguien –un agente de Guardia Civil, según la fiscal– y le dijo que no podía estar allí.

Entonces, ha contado que ella sacó un cuchillo que le habían regalado a él y que solía llevar en el coche, y se abalanzó sobre ella, le cogió de la mano y estuvieron forcejeando. “Así se clavó el cuchillo varias veces”, ha dicho. “El cuchillo iba ‘paquí, pallá, parriba y pabajo’” y “se lo clavó varias veces, forcejeando”, ha insistido. Ante este relato, la fiscal le ha insistido por las heridas defensivas que presentaba la víctima en los brazos y las manos, a lo que éste ha respondido: “se hicieron cuando ella intentaba coger el cuchillo por el filo”.

Tras el forcejeo, el hombre ha explicado que pensó que su mujer estaba muerta, porque “tenía los ojos en blanco”, por lo que decidió salir de allí y cerrar la persiana de la peluquería para que si su hija acudía, puesto que “solía ir a hacer trabajos y a utilizar internet”, no la viera. “Podía haberla sofocado, pero ante su estado ví que no tenía solución”, ha aseverado.

Seguidamente, el hombre ha narrado que acudió a su coche, que estaba estacionado en una perpendicular, y desde allí llamó a un agente de la Guardia Civil y le dijo que había tenido un problema con su mujer y que creía que la había matado. Sin embargo, este agente –ha puntualizado la fiscal–en ese momento ya se encontraba en la peluquería puesto que era él quien estaba hablando con la mujer cuando el hombre entró al local. La fiscal le ha preguntado si le llamó al agente cuando lo vio pasar, y éste ha contestado que “no”.

Cuando llegó este agente y otros efectivos de la Policía Local a la peluquería, el hombre manifestó haber acabado con la vida de su esposa y les entregó el mando a distancia. En ese momento, la mujer todavía tenía pulsaciones, con lo que fue trasladada hasta un centro de salud, donde falleció.