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Barack Obama propone subir los impuestos a los ricos y nuevos recortes del gasto

   

El presidente de EEUU, Barack Obama, durante la comparecencia ante los medios. | EFE

El presidente de EEUU, Barack Obama, durante la comparecencia ante los medios. | EFE

EUROPA PRESS | Washington

El Gobierno de Estados Unidos ha presentado un presupuesto para 2014 que reduce considerablemente el déficit público en los próximos tres años, gracias al aumento de los impuestos a los más ricos y aplicando recortes en el gasto que sustituirán al denominado ‘secuestro’ que entró en vigor el pasado mes.

En concreto, el anteproyecto presentado por el presidente estadounidense, Barack Obama, recoge que aquellos que ganen un millón de dólares o más al año tendrán que pagar un impuesto de la menos el 30% de sus ingresos, descontadas las donaciones, según explicaron fuentes del Gobierno a los medios de comunicación.

Este incremento, junto con los recortes del gasto y un límite del 28% en las deducciones fiscales para los que más ganan, reducirán el déficit presupuestario de Estados Unidos hasta el 2,8% del PIB en 2016, frente al 5,3% que la Oficina Presupuestaria del Congreso prevé para este ejercicio.

La propuesta, que presentará Obama esta tarde, tiene pocas posibilidad de aprobarse en sus actuales términos, aunque desde el Gobierno confían en llegar a un acuerdo sobre la reducción del déficit con el Partido Republicano, habitualmente reacio a subidas de impuestos.

“Hay continuamente gente que son del lado republicano… al menos en el Senado, que están diciendo cosas que ofrecen cierta esperanza de que hay un camino hacia un acuerdo”, aseguraron desde la Casa Blanca.

Con esta propuesta Obama pretende retomar las conversaciones con la oposición, ya que realiza concesiones que han enfurecido a muchos de sus seguidores, como la adopción de una ponderación menos generosa de la inflación en el cálculo del aumento del coste de vida para los beneficiarios de muchos de los programas federales. Una de sus consecuencias sería la disminución de los beneficios para la mayoría de los beneficiarios del programa de jubilación de la Seguridad Social.

Aunque Obama se ha comprometido a proteger a algunos de los beneficiarios más vulnerables, la propuesta ha encontrado una fuerte oposición dentro de los demócratas y los representantes sindicales y de pensionistas, que se suma al permanente rechazo de republicanos, que se niegan a aceptar cualquier nuevo impuesto.