Esto fue un ejercicio planteado por Paula Pielfort, redactora de Hosteltur, en relación a cómo en Madrid, debido a una guerra de precios en los últimos años, se ha ido perdiendo rentabilidad hotelera en relación con Barcelona. Y es que en la ciudad condal, lo de la guerra de precios (a ver quién bajaba más) no lo han aplicado, y asà se han convertido en la ciudad más rentable de España. Siempre que se produce una lucha entre hoteles, y entre otros negocios también, a ver quién es el que vende más barato, con la errónea idea de que lo importante es el nivel de ocupación que tenga un hotel, los únicos que pierden son los propios hoteleros. La pérdida de rentabilidad, algo que he comentado varias veces en esta columna, es lo que debe preocupar en un negocio, y es cierto que la variación de precios ayuda a mejorar la venta, pero hay que tener bien claro cuál es la lÃnea de precio que no se debe cruzar. Y hay bastantes hoteles, no solo en Tenerife, que han cruzado esa lÃnea por no analizar correctamente cuál es su precio mÃnimo al que no deben renunciar. Variar los precios no significa ir siempre a precios más bajos.
El transformar a una ciudad siguiendo ejemplos de éxito no debe ser motivo de vergüenza, sino más bien de aprovechar un camino andado por otros a los que les ha ido bien. Iniciativas como Ven a Santa Cruz, para dinamizar el comercio de nuestra capital van en ese camino, emulando a La Laguna. Más difÃcil serÃa adejeizar el Puerto de la Cruz, pero no debe dejar de intentarse. Y uno de los primeros pasos serÃa establecer un precio mÃnimo sobre el que no se baje, para levantar un destino que tiene mucho que ofrecer.
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*COFUNDADOR DE ROOM PROJECT