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La bolsa que salva la vida

   

Fases del despliegue de un airbag. | DA

Fases del despliegue de un airbag. | DA

RICARDO HERRERA | Santa Cruz de Tenerife

El airbag (bolsa de aire), también conocido como SRS (Suplementary Restraint System o sistema de seguridad suplementario), es el sistema de seguridad pasiva que mayor impulso ha tenido en el mercado automovilístico desde que la compañía Mercedes-Benz los instalase de serie en los modelos Clase S W126 del año 1981.

El funcionamiento del airbag se basa en los cinturones de seguridad de tres puntos y los sistemas de retención del vehículo. En caso de una colisión grave, despliegan de forma automática una estructura flexible gracias a la compresión del gas que contienen, limitando así el contacto de una o varias partes del cuerpo con el habitáculo.

Un sensor cinemático a bordo del vehículo detecta el impacto de este y emite una pequeña descarga eléctrica a un detonador instalado junto a un generador de gas, que contiene un compuesto químico sólido, y la bolsa de aire del airbag. Cuando se produce el impacto, el detonador provoca una reacción que genera el gas necesario a gran velocidad para inflar la bolsa en milésimas de segundo.

Al impactar el torso y la cabeza del ocupante contra el airbag, el gas es despedido de forma controlada de la bolsa a través de unos pequeños orificios debido a la presión ejercida del cuerpo contra esta. Este proceso también se realiza de forma muy rápida, permitiendo al ocupante la visión y libertad de movimientos una vez que ha cumplido su función de seguridad.

Las cifras de rapidez del airbag hablan por sí solas: el tiempo que tarda la bolsa en desplegarse es de unos tres milisegundos, y su velocidad calculada es de unos 250 km/h. En una situación de impacto grave, el airbag frontal se despliega en apenas 30 milésimas de segundo tras el golpe.

Unas 50 milésimas después, la cabeza del conductor ya impacta contra su airbag; la del ocupante lo hace unas 10 milésimas de segundo más tarde. Estas cifras son incluso mucho menores en el caso de los airbags laterales, donde el cuerpo del conductor está mucho más expuesto a daños graves.

Cuando se despliegan, los airbags cumplen cuatro funciones indispensables para minimizar los daños en los ocupantes:

-Absorber la energía cinética del cuerpo, disminuyendo el movimiento de este.
-Evitar impactos contra los elementos del interior del vehículo, como el salpicadero.
-Reducir el riesgo de heridas por trozos de cristal ocasionados por la rotura del parabrisas.
-Disminuir el movimiento de la cabeza en una colisión y, con ello, el riesgo de lesiones cervicales.