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Cámara web, vacaciones y Red

KIKE GARCÍA | Santa Cruz

El universo de Internet y las redes sociales es casi tan infinito como en el que circulan estrellas, planetas y galaxias. O incluso más. Cada día destapamos nuevos secretos de la red que nos demuestran que el nacimiento del mundo digital es uno de los descubrimientos más grandiosos de la historia de la humanidad. El funcionamiento de la sociedad global actual ha mejorado positivamente gracias a Internet; la evolución de nuestros pensamientos y formas de actuar es diferente y nuestras perspectivas de futuro también.

Es innegable que Internet y el mundo 2.0 nos han abierto un abanico de oportunidades inimaginables que, bien empleadas, convierten los quehaceres cotidianos en algo que en el pasado era impensable. Pese a lo anterior, no todo es maravilloso. Mientras unos tratan de inventar el aparato tecnológico o la aplicación perfecta para besar el éxito y mejorar las vidas de los ciudadanos, otros se estrujan la cabeza para buscar la trampa; es decir, el truco ideal que les lleve a la gloria siguiendo el camino menos adecuado: el delito digital. Esto no implica que el miedo deba apoderarse de nosotros a la hora de ejecutar acciones en la red, pero sí debemos tomar ciertas precauciones al hacerlo. Si nos acostumbramos a llevarlas a cabo, al final las haremos automáticamente y conseguiremos navegar por Internet de forma más segura.

El uso de la cámara web y la publicación de información respecto a nuestras vacaciones en los perfiles de las redes sociales se configuran como dos de las acciones más habituales en la Red. Por ello, es necesario tomar en cuenta una serie de consideraciones antes de encender el ojo de nuestro ordenador o relatar nuestras vivencias estivales.

Dejar ropa tendida, no cerrar todas las persianas, usar dispositivos electrónicos de bajo coste que permitan programar el encendido de televisión, radio o luces, etc. son algunas artimañas que emplean las familias cuando se van de vacaciones para hacer creer que la casa no está sola.

Estas técnicas para desviar la atención tienen un alto porcentaje de éxito, pero, en el siglo XXI, son completamente invalidadas si en una red social publicamos la fecha de nuestras vacaciones, una foto en una pequeña cala que se encuentra a cientos de kilómetros de nuestro hogar, etc. Por todos es sabido que existen ladrones que vigilan los movimientos de algunas familias, y cuando estas se van a tomar un merecido descanso estival, aprovechan para entrar en sus casas y desvalijarlas.

Por ello, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado siempre enuncian una serie de recomendaciones para evitar esta clase de robos tan comunes. Es aconsejable repasar estas indicaciones antes de ir de vacaciones, para evitar sobresaltos a la vuelta.

Teniendo en cuenta lo anterior, las redes sociales se convierten en la plataforma perfecta para que los ladrones tengan a su disposición toda la información necesaria sobre las vacaciones de sus posibles víctimas, y más si estas publican la fecha de sus vacaciones, su ubicación, fotos en el lugar elegido, acompañantes, etc.

Por ello, y para evitar encontrarse con una sorpresa desagradable al regresar a casa, es recomendable hablar de nuestras vacaciones en pasado, es decir, cuando ya estemos en nuestro hogar. Este es el mejor momento para compartir todos los detalles relacionados con nuestro tiempo vacacional.

La cámara web es una herramienta digital fascinante. Permite ejecutar acciones que hace unas décadas eran una utopía y solo pensadas por las mentes más ingenuas. Ahora, realizar una videoconferencia de América a Europa; llevar a cabo una reunión de trabajo a 5.000 kilómetros de distancia sin moverse de la oficina y hablar con un familiar que vive en el extranjero sin desplazarnos de casa es posible. Y todo ello, gracias a la cámara web.

Tal vez, asombrados por las potencialidades de una cámara web o simplemente porque lo hemos asumido como un elemento innato en los ordenadores y rutinario en nuestras vidas, nunca nos paramos a pensar en que, por desgracia, las cámaras web también tienen trampa. Por ello, se deben absorber una serie de consejos breves para evitar que el ojo de nuestro ordenador nos provoque un disgusto.

La primera norma básica es que solo debe ser usada con personas de absoluta confianza (familiares, amigos íntimos, compañeros de trabajo o profesores). Además, nunca se debe hacer algo que no haríamos en público. Otro detalle a tener en consideración es que debemos percatarnos en todo momento de la imagen que está siendo captada por la cámara.

Es posible que seamos grabados así que hay que tener cuidado. Para hacerlo, basta con fijarse en la ventana con nuestra imagen que sale en la pantalla.

Si la cámara viene integrada en el ordenador (caso de los portátiles) debe ser tapada cuando no la usemos. Así evitamos que emita imágenes que no deseamos si la activamos sin querer o si alguien ajeno a nosotros lo hace desde la distancia. Si es una cámara web independiente al ordenador, debemos girarla hacia un punto muerto cuando no la estemos usando.

Un antivirus actualizado es fundamental para proteger al equipo de software malicioso. Así, también se evitan activaciones remotas.