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Catarí que te vi – Por Paco Déniz

No hay más que hablar, si Urdangarin ha decidido que Catar es un buen sitio para trabajar y mandarle dinero a su mujer para tapar algunos agujeros y pagar el pisito, debe ser cierto.

Catar es la alternativa al desempleo y Urdangarin es el modelo a seguir para acabar con el paro. Solo basta con que tu suegro llame al primo para que te ponga al día.
Algunos escracheadores han puesto el grito en el cielo, pero, como esos son los etarras de siempre, ni caso.

¿Qué más da que el pibito tenga un juicio pendiente? Si puede permitirse emigrar, que lo haga. Envidia es lo que tienen los pobres en general y desahuciados en particular.
Ya lo ha dicho el fiscal, no hay riesgo de fuga. O es que vamos a volver aquí a los tiempos inquisitoriales como finamente ha esgrimido la pobre majestad. Oye, si tú puedes estar en el palacete del primo de tu suegro esperando el veredicto del juicio, y mientras tanto ajuntas unos talegos para pagar las multas; ¿por qué tienes que esperar en comisaría? Eso es cutre.
Además, Catar es un gran sitio para desarrollar todas las potencialidades de un aspirante a rey o a príncipe. Un país rico en estamentos feudales, con esclavos y todo, con princesas que se desmayan si las tocas o logras verle el careto. Un país con mazmorras underground. Es un gran sitio para españoles por el mundo a todo lujo y a todo color, y Urdangarin quedaría muy bien como representante de la estirpe española; una estirpe rica en chacina y en productos de la dieta mediterránea.

No cabe duda, Catar es una gran oportunidad para el emprendimiento, porque lo que sí que no me van a negar es que el marido de la pobre majestad es un gran emprendedor. Mal asesorado, pero una fiera en lo suyo. Emprende lo que sea, hasta la huida si hace falta.

Allí, en Catar, podrá catar nuevas relaciones esclavistas de producción y nuevas formas de vida, que es lo propio de un ser cosmopolita que busca desesperadamente un atraque al zoco de tanto envidioso que lo único que desean es escracharle la cabeza.