He escuchado a Emiliano GarcÃa-Page decir en la cadena COPE que serÃa bueno que el Partido Socialista de Cataluña influyera en el PSOE, y el PSOE en el Partido Socialista de Cataluña. Me parece un resumen bastante inteligente, en una encrucijada donde se mezclan el análisis frÃo, el peso del bonito melodrama Independizar en tiempos revueltos y las ambiciones personales, que nunca faltan en un partido polÃtico, en un partido de fútbol o en un medio de comunicación.
Desde luego, si se quieren evitar dolores de cabeza y eso que se llama polÃtica interna, que requiere mucha paciencia y un trasero con grandes dotes para resistir varias horas sentado, lo ideal de la muerte serÃa que los socialistas catalanes montaran su verbena, siguiendo la voluntad de los hijos de los padres que les votaron tanto, y que de hijos de charnegos han pasado a aspirantes a nacionalistas cum laude. El problema en Cataluña serÃa que los socialistas menguarÃan su ya declinante porcentaje, y estos nuevos y entusiastas catalanes quizás prefirieran la izquierda nacionalista, pata negra, a la izquierda socialista con guarniciones tibias o anfibológicas. Eso, en Cataluña. En el resto, un Partido Socialista sin influencia en Cataluña, que sólo pudieran enunciar que eran amigos y residentes en España…, de momento, podrÃa levantar algunas suspicacias sobre todo en el instante en que el bonito melodrama Independizar en tiempos revueltos se transformase en un drama donde hubiera más que palabras, y de las fanfarronadas se pasara a los tanques, situación que no serÃa nueva. No es una sublime decisión, sino una decisión polÃtica en la que el peso de Rubalcaba -un tipo al que habrá que agradecerle algún dÃa los importantes servicios prestados- puede ser decisivo. Cito a Rubalcaba y a GarcÃa-Page, porque en todos los laberintos resulta muy importante el factor humano. No voy a hablar de Chesterton y de su novela El hombre que fue jueves, pero durante estos dÃas alguien puede entrar designado para un dÃa de la semana y quedarse fuera del calendario. O al contrario. Pero la decisión que se tome va a influir poderosamente en el futuro de los socialistas.