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Geoestratégica – Por Juan Carlos García

   

Hemos oído durante estas últimas semanas cómo se ensalza la llamada situación geoestratégica de la isla de Chipre para no dejarla caer en las garras de predadores y carroñeros. Una breve consulta en el atlas enciclopédico tradicional o en la red virtual recuerda el lugar dónde se encuentra en el mapa. En ese Mediterráneo, al fondo a la izquierda. A poco más de un centenar de kilómetros al sur de Turquía y al oeste de Siria, Líbano e Israel. En una longitud este 34º, 34’, la más cercana a estas costas. Y a algo más de distancia, al norte de Egipto. Vamos, una zona que rezuma inestabilidad por los cuatro costados. Considerada una plataforma tricontinental, Chipre pertenece políticamente a la Unión Europea y geográficamente a Asia. Y con África, al acecho. Ha sido hasta ahora parada y fonda de intereses poco limpios sobre los que los principales gobiernos occidentales han dejado hacer. En un lugar del Atlántico, que no del Mediterráneo, de cuyo nombre no quiero olvidarme, vivimos y convivimos, no en una, sino en siete islas que están consideradas también como plataforma tricontinental con un valor también geoestratégico. Como todos sabemos, perteneciente políticamente a la Unión Europea, el archipiélago canario se encuentra a menos de un centenar de kilómetros de África. Y aunque son miles de kilómetros los que lo separan de América no por ello es la tierra que menos sentimientos concita. Ha sido hasta ahora también parada y fonda de intereses turbios sobre los que responsables políticos también han dejado hacer. Unas veces, fruto de prepotentes foráneos sin escrúpulos. Otras, de los no menos prepotentes listillos hijos de esta tierra. Arriban a su costa en diferentes proporciones tanto la riqueza como la miseria. Su punto más alejado de África es el que acapara mayor atención. Allá donde más cerca se siente una parte de América, en la herreña playa de El Verodal, longitud oeste 18º, 09’, las entrañas de la tierra tratan de esculpir un nuevo suelo, de valor geoestratégico, que obligue a actualizar los mapas con una nueva coordenada: longitud oeste 18º, 10’.