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Hipotecas declaradas nulas – Por Mario Santana

   

Los juzgados de Arrecife están que se salen. El pasado 21 de marzo, el juez titular del Juzgado Nº 3 dio el campanazo al dictar la primera resolución judicial en España que suspendía la celebración de una subasta hipotecaria. Argumentaba el juez que la legislación española no permite que el deudor demandado pueda defenderse adecuadamente, por lo que el procedimiento judicial español contraviene la legislación europea y debe cambiarse. Pero mientras tanto, suspende la subasta.

Y entonces el titular del Juzgado Nº 4 de Arrecife debió pensar: para chulo, mi pirulo. Dicho sea con los debidos respetos, y en meros términos literarios. Y va y se carga la hipoteca entera. Vamos, para no estar con miserias. Y lo hace el magistrado don Juan José Cobo, mediante auto fechado a 8 de abril.

Se trata de un préstamo con garantía hipotecaria en el que se habían pactado unos intereses moratorios del 19%. Y el señor Cobo dice que ni hablar. Que hasta aquí hemos llegado.

En primer lugar, pone el acento en que la hipoteca es un negocio accesorio del negocio principal. Es decir, que se pactó un préstamo como negocio principal: el banco presta a una persona una cantidad de dinero, que debe devolverse en determinado plazo. Y como accesorio al préstamo, y a efectos de la garantía de su devolución, se pactó que la vivienda garantizaría el pago.

El negocio principal, es decir, el préstamo, contiene una previsión de intereses moratorios del 19%, que, a su modo de ver, son usurarios, y por tanto, nulos. Consecuentemente, declara nulo el préstamo. Al declarar nulo el negocio principal, quedan también anulados los negocios accesorios, es decir, la hipoteca. Y por tanto también el juicio especial hipotecario.

Y al final la resolución advierte: “Dese cuenta de esta resolución al secretario judicial para que ponga sobre la mesa de este juzgador todos los procedimientos de ejecución hipotecaria que estén en tramitación en el juzgado”. Blanco y en botella: todos los juicios hipotecarios que estén en tramitación en su juzgado correrán la misma suerte.

Hasta aquí el juez se ha mantenido dentro de unos términos exquisitamente técnicos, con gran profusión de citas de otras sentencias y argumentos jurídicos. Pero a partir de este momento el hombre ya no se corta. Afirma que “considera este juzgador un abuso inmoral que (…), en la época de crisis profunda en que nos encontramos, las entidades financieras sigan fijando y manteniendo unos tipos de intereses moratorios superiores a los intereses básicos”. Sigue el hombre diciendo que la inmensa mayoría de las personas que dejan de pagar la hipoteca han perdido su trabajo o les han reducido su salario. Y afirma que “lo llamativo del asunto es que esa pérdida de trabajo (…) es imputable en gran medida al prestamista, esto es, a las entidades financieras, que fueron quienes, con su desmedido afán de aumentar su negocio y sus beneficios, contribuyeron decisivamente a la situación de crisis y recesión que se vive en este país y en el mundo entero”. El juez y el hombre son una misma persona, pero hay quien estima que debe hablar por distintas bocas.