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Luenguismo – Por Alfonso González Jerez

   

El luenguismo es la fase superior del socialismo democrático. Consiste en reducir la más importante política social -la centrada en el empleo- a un sistemático y aherrojado esfuerzo para que la gente no sienta miedo. Francisca Luengo, consejera de Empleo del Gobierno autonómico, ha asumido que su compromiso político se resume en emular lo mejor posible a esos acomodadores que, en los cines de antaño, susurraban frases tranquilizadoras durante las películas de terror.

Aparece en la pantalla una legión de famélicos desempleados o unos vecinos humillados revisando contenedores de basura, se escuchan gritos de pánico y explosiones nerviosas y llega Luengo, solícitamente, para tranquilizar a los espectadores con la linterna de su esperanza y mullir una frase de ánimo: “Tranquilos, que enseguida llega el intermedio y podrán comprarse unas chuches”. Así viene y va la acomodadora Luengo por las tinieblas de la sala, repartiendo golpes de luz y frases de esperanza. La única ventaja es que cada vez hay menos espectadores en los asientos y más ciudadanos zombificados en la pantalla. El luenguismo quedó inaugurado en el último pleno parlamentario, cuando la consejera pidió disculpas a la oposición porque la Estrategia de Empleo para Canarias 2014-2020, anunciada por el presidente del Gobierno a bombo, platillo y chácaras, no dispone de ficha financiera ni explicita objetivos concretos de actuación. Porque el luenguismo es también la fase superior del paulinismo. Rivero anunció en la Cámara hace apenas unas semanas que la Estrategia de Empleo dispondría nada menos que de 2.400 millones de euros de fondos de la UE y más de 1.400 millones de origen privado. En ese instante se detuvo la entropía en la calle Teobaldo Power y solo José Miguel Barragán continuó respirando normalmente. Luengo desvela ahora, entre sentidas excusas, que este plan, en realidad, todavía “se esta negociando” y que es “teórico”. Teórico, eso es lo que dijo. ¿Cómo se puede estar negociando ahora y al mismo tiempo ser teórico? ¿Un programa de gobierno es teórico cuando, simplemente, responde a una ocurrencia más o menos pintiparada o solo cuando se trata de una engañifa pueril para pasar el rato? ¿Esto es un gobierno o la Escuela de Frankfurt? A mí lo que más miedo me da, precisamente, es esta acomodadora con vísceras en tonos pastel que de repente te ilumina la cara con su linternita para decirte: “No tengas pánico ni te desesperes; ahora te ponemos una de vaqueros”.