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A TODA MÁQUINA >

Motivo de alegría – Por Román Delgado

   

Estos días, como casi siempre me ocurre desde hace ya algún tiempo, no he podido escapar de la pseudodepresión a base de impulsos políticos de tres al cuarto, los que dominan el ambiente y son verdaderos culpables de la incesante polución social, sino que más bien ha ocurrido todo lo contrario. Esas flechas envenenadas con actitudes erróneas me han empujado al abismo, en el que he conseguido no caer gracias a algunas agarraderas que, por básica seguridad personal, uno esconde en latas y cajas de cartón, en estos vulgares y reutilizados escondites. La virtud supraterrenal de esos espacios es que son cajas de sorpresas que almacenan literatura (novelas, cuentos, poesías y ensayos) y música, sonidos con todos los matices, con todos los mestizajes posibles y llegados de todos los rincones del mundo, sin complejos que valgan. Esta tarea, la de uno tirarse de cabeza y sin plancha (o sea, sin tener que mojar al otro) a una caja o a otra, es orgásmica, gratificante, porque en ese buceo siempre se pesca algo sabroso y fresco, y natural. Luego, claro está, queda ir a la tienda o navegar en Internet, en este caso por si es posible un acceso libre y legal a la referencia literaria o musical que genera la sonrisa, una simple chispa de alegría. De esta manera, con la radio apagada para evitar el negro de los informativos, con la tele muda y ciega y a veces con el vecino tocando los teides (… a pesar de esta última impertinencia), uno puede disfrutar de lo lindo, que es, por cierto, lo que hice ayer tarde en la presentación del libro de cuentos de uno de aquí, de Tenerife: de Ernesto Rodríguez Abad. Ernesto ayer echó a volar ingenio y colorido envueltos en tapa dura. Todo ya está facturado en una aeronave llamada Escritos en la corteza, una especie de avioneta de papel que forma parte del universo Alfaguara/Santillana. Yo lo tengo: ¿y tú? Sácalo de una vez de tu caja de sorpresas y a la vez sonríe.

@gromandelgadog