el revés y el derecho>

El periodista vengativo – Juan Cruz

Querido periodista (y político), estos días estuve hablando con algunos periodistas acerca del oficio que compartimos (tú, a la mitad, aunque te pese). En una de esas conversaciones me preguntó una querida colega, Ana Mendoza, de Efe, si encontraba diferencias entre el periodista de hoy y el editor de hoy, pues como sabes ambos han sido (y son) los oficios que he desempeñado en mi vida profesional ya quizá ostentosamente larga. Le dije que entre las virtudes del editor (que también tiene innumerables defectos) hay algunas que son extremadamente civilizadas: es puntual (está obligado a serlo), es discreto (también eso está entre sus obligaciones), se preocupa del objeto de su trabajo (los libros, los escritores) durante un largo tiempo; sin embargo, el periodista no es necesariamente puntual, es obligatoriamente indiscreto, y pasa pronto de los objetos de su trabajo (las personas, los hechos), porque la actualidad lo llama desde otro lado inmediatamente, de modo que se olvida de asuntos de enorme importancia con la velocidad del rayo. Esto último convierte al periodista, para disgusto de Kapuscinski, en un aspirante serio a ejercer el cinismo. Añadí, en esa conversación, que en los últimos tiempos (desde hace demasiado tiempo) observo que el periodista se toma muchas veces la justicia por su mano, acude más a la opinión que a la información; y demasiadas veces observo también que usa (como te he dicho aquí alguna vez) el indudable poder que maneja para vengarse de las personas o de las instituciones que no le gustan. Y lo hace porque sí, sin más, sin entender que el lector ya sabe que eso no es legítimo. Algunos medios se hicieron eco de eso que dije, y cuando lo vi di un respingo. ¿Dije yo eso? Sí, lo dije. Lo peor es que ahora me doy cuenta de que lo dije porque lo mantengo. No sé qué opinas.