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Pioneros incombustibles

   

Javi Silva, Yuso Abitbol y Mariano Córdoba, con una pala histórica en la tienda Pádel 7 de Santa Cruz. / DA

Javi Silva, Yuso Abitbol y Mariano Córdoba, con una pala histórica en la tienda Pádel 7 de Santa Cruz. / DA

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife

En todas las disciplinas deportivas las palabras de los veteranos son las más importantes. Son esos jugadores, curtidos en mil batallas, que pueden enseñar un sinfín de conceptos para mejorar. Focalizándolo en el pádel y uniéndolo a la Isla de Tenerife, hablar de veteranía corresponde a hacerlo de Mariano Córdoba, Javier Silva y Yuso Abitbol. Son tres de las voces con autoridad en el mundo de la pala para opinar. La firma canaria Pádel 7 los ha reunió a los tres para analizar la situación de la especialidad en las Islas.

Javier Silva, actual monitor del Club de Tenis de Tenerife, recuerda sus inicios en la disciplina allá por el año 85, en Argentina. “Empecé a jugar y fue el inicio de todo esto. Fui subiendo de categorías, me formé como entrenador y compaginé la enseñanza con los partidos”, relata, enfatizando en su instrucción con el precursor del pádel, Jorge Nicolini.

Tras esa etapa, en la que participó en el High&Volker, lo que ahora se conoce como Pro Tour, se trasladó a Tenerife allá por el año 2000. Silva recuerda que “cuando llegué había gente que jugaba muy bien como Yuso, Mariano, Iñaki, Raúl Pérez, Nati Latorre, pero mi compañero, Gustavo Davirro y yo teníamos algo más de nivel, pues veníamos de jugar los torneos internacionales. Jugábamos con todas las estrellas que ahora compiten en Pro Tour, algunas de ellas ya retiradas”, comenta, recordando que “en Las Palmas jugamos el torneo Sabina, con más de 500 parejas. Davirro y yo lo ganamos dos veces. También lo gané jugando con Raúl Pérez”.

Javier Silva es consciente del boom que ha experimentado el pádel en los últimos años. “Cuando llegué había pocos clubes. Estaba La Dársena, algo en Puerto de la Cruz, El Sauzal y poco más. Empezaron a construirse más y ha habido un boom muy importante”.

Silva, al igual que Mariano Córdoba, coincide en los objetivos para que el pádel siga creciendo. Ambos le dan mucha importancia al trabajo a nivel de cantera. “Hay que apostar por las escuelas”, declara Silva. Por su parte, Córdoba asegura que “no se ha hecho trabajo de base” y eso ha repercutido en el nivel. “No es normal que todavía gente como Yuso o yo sigamos llegando a finales de torneo”, analiza el argentino, apostillando que “hay que tomárselo más en serio y hacer un trabajo grande con los más pequeños”. Córdoba es uno de los impulsores del pádel en Tenerife. Cuando llegó, allá por el año 89, “sólo había una pista, en el sur, y teníamos que ir en guagua para jugar”. Recuerda que “sólo jugábamos nosotros, algún argentino más, y algún jugador de tenis que había probado en Madrid o Marbella”. El propietario del Play Time asegura que “después de la construcción de La Dársena fue cuando todo empezó a crecer”.

En opinión de Córdoba, el pádel ya se ha asentado como deporte. “No es una moda”, declara “la moda del pádel está en la parte social. Cuando terminas te puedes tomar una cerveza con tus compañeros de partido, puedes jugar de manera amateur, medio profesional, y desde el primer momento que comienzas a practicarlo te diviertes. Esa es la diferencia con los demás deportes”.

Para subir el nivel actual de Tenerife en la disciplina Mariano apuesta por que haya “un buen circuito local para que no haya tanta diferencia entre los jugadores de aquí y los del territorio peninsular”. Ese, y el trabajo de cantera, son los objetivos.

Yuso Abitbol es otra de las voces autorizadas en al pádel tinerfeño. Comenzó a jugar porque tuvo que dejar el tenis por las lesiones. “Me metí en el pádel y hasta ahora”. Al igual que sus compañeros, comprende la evolución tan grande que ha experimentado el deporte, pero “se echa en falta que haya alguien destacado. Aquí hay varios buenos elementos pero es muy duro competir a nivel peninsular, sobre todo económicamente”.

Al contrario de lo que se pueda pensar, Yuso asegura que “el pádel no es un deporte para ricos. A nivel amateur sólo te hace falta comprarte una pala y conseguir a tres personas para jugar. A nivel aficionado es un deporte baratito”.
Asimismo, opta por diferenciar de manera clara lo amateur y lo profesional. “La gente se cree que por pasar la pelota por encima de la red ya es saber jugar. Ser profesional requiere mucho más y es muy difícil”.