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Programación Neurolingüística – Por Andrés Brito

   

Algunas de las herramientas más poderosas que usamos los coaches nos las proporciona la Programación Neurolingüística o PNL. Me gusta explicar este concepto con el símil del ordenador: de nada sirve el hardware más potente sin los programas que lo hacen funcionar. Igualmente, nuestra mente desempeña sus funciones gracias a programas que procesan la información que recibimos del entorno y así obtener los resultados que buscamos.

El formar parte de la especie humana implica que todo concepto que tenemos en el entendimiento se encuentra asociado a una imagen, a un sonido o a una sensación física. Si te digo la palabra “canguro” es seguro que el animalito comenzará a saltar en tu visión interna; si te digo “campana” te dará la sensación de escuchar una en tu cabeza. Es lo que técnicamente se conoce como “representación interna”. Hasta aquí lo de “programación” y “neuro”.

La parte “lingüística” aparece al expresar o modificar esas representaciones internas con las palabras. Así, mente, lenguaje y estado emocional van de la mano. Supón que estás viviendo un momento de tristeza por la pérdida de un ser querido. Esa emoción tendrá su reflejo corporal (lágrimas o andar cabizbajo). Pues bien, es posible modular dicha tristeza de dos formas: o bien actuando en el cuerpo (tomando un antidepresivo), o bien modificando el diálogo interno (lenguaje), lo que nos decimos a nosotros mismos sobre la situación que ha provocado la emoción no deseada (acaso, por ejemplo, resignificando la pérdida a través de las convicciones religiosas o pensando que nuestro ser querido no nos querría ver tristes).

La PNL abre un formidable campo de acción para reajustar nuestro mapa de la realidad.

www.andresbrito.com