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El sector platanero local – Por Leopoldo Cólogan Ponte

   

El sector platanero de Canarias no estaba en el Posei. A partir de la integración de Canarias en la PAC, se produjo una reacción de parte de la UE en apoyo de lo que hoy llamamos regiones ultraperiféricas. Por un lado, se desarrolló un programa de apoyo con ayudas al sector agrario que excluía el plátano. A estos programas se les denominó Poseidom, para Martinica y Guadalupe; Poseima, para Azores y Madeira, y Poseican, para Canarias. El plátano se dejó aparte por sus connotaciones internacionales. No hay que olvidar en lo que se refiere al plátano de Canarias que éste disponía de una ley que impedía la importación de bananas al mercado español (reserva nacional del mercado).

En las negociaciones que se iniciaron en 1989 (fecha en la que se creó la APEB) para regular el abastecimiento de plátano, se permitió a los productores comunitarios estar presentes en éstas, pues era de capital importancia que esa regulación del abastecimiento de plátano/banana en la UE hiciera compatible la convivencia en el mercado europeo de los plátanos comunitarios, bananas ACP y bananas dólar, limitando la entrada de estas últimas con un sistema de contingentes. En cuanto a los productores comunitarios, la UE analizó nuestras características y vio que con la estructura comercial y la dispersión de los productores en diferentes empresas exportadoras (en Canarias había más de 76) no era posible competir con las bananas de otras procedencias. Por tal motivo, exigió a la totalidad de productores de plátanos de las RUP que se constituyesen en organizaciones de productores (OPP) como condición sine qua non para percibir a través de las OPP una ayuda económica y así compensar el fuerte desequilibrio de costos de producción que existen entre las bananas de la zona dólar y África con los plátanos comunitarios.

Esa ayuda iba directamente al productor a través de las OPP (igual que ahora) y se denominó ayuda compensatoria al productor por pérdida de renta. La ayuda ha venido siendo percibida por los productores desde el 1 de julio de 1993 hasta la fecha, alrededor de 20 años, con la única salvedad de que, después de diversas denuncias ante la Organización mundial de Comercio por parte de algunos países latinoamericanos, Estados Unidos…, los gobiernos de España, Francia y Portugal, la Comisión Europea y el sector productor comunitario consideramos que era oportuno salirse de los circuitos internacionales de litigio (OMC) y pasar la ficha financiera del plátano a los respectivos programas Posei de las diferentes regiones productoras de plátano.

Conviene recordar que la asignación presupuestaria del plátano que se incluyó en el programa Posei es el resultado de la negociación con la Comisión Europea, con un papel muy activo por parte de la APEB, cuando se sustituyó la ayuda compensatoria variable, y en principio ilimitada, por una ayuda directa con un presupuesto fijo y limitado dentro del Posei para los productores comunitarios de plátano. También conviene recordar que el 90% de la alimentación de las Islas viene de fuera (Península) a través del transporte marítimo y que el retorno de esos barcos, de no ser por el plátano, llevarían las bodegas vacías, con la consiguiente subida en el precio de la cesta de la compra. Más de un millón de kilos de plátano enviamos diariamente a la Península a través de las líneas marítimas, lo que equivaldría a 21.000 camiones frigoríficos que transportamos anualmente a los puertos peninsulares, de donde viene la alimentación a Canarias.

Conclusión:
las exigencias de la UE obligaron al sector platanero canario a adecuar sus estructuras. Antes de 1993, tenía más de 76 empresas exportadoras; después de 1993, pasó a 24 organizaciones de productores, contando en la actualidad con seis OPP y una organización regional (Asprocan) que aglutina el 100% de los productores. A su vez hay una organización internacional (APEB) que aglutina a los productores de Martinica y Guadalupe (Francia), Madeira, (Portugal) y Canarias (España), y esta unión es la que nos ha llevado a poder seguir hablando de plátanos comunitarios en la actualidad. De no haber sido así, hoy por hoy no hubiésemos existido.

Todas las negociaciones que hemos emprendido en este tiempo (20 años) han permitido al sector platanero mantener sus producciones históricas (unas 420.000 toneladas), las cerca de 9.000 hectáreas en Tenerife, La Palma, Gran Canaria, La Gomera y El Hierro, así como la renta de los productores. El mantenimiento de las 420.000 toneladas es la mejor demostración de la buena utilización que los productores canarios hemos hecho de las ayudas comunitarias. Sobre la importancia que tiene el sector platanero en Canarias (añadidas al transporte), me gustaría destacar: la mano de obra en la producción es fija y permanente, pues las recolecciones se hacen durante todo el año. Hay una parte industrial, como son los centros de empaquetados, que también agrupan a un gran colectivo de trabajadores, pudiendo resumir que unas 15.000 personas están vinculadas en Canarias a este cultivo. Los plataneros han hecho su trabajo: hemos conservado volúmenes de producción, hectáreas, y no nos parece serio que se intente transmitir una opinión demagógica sobre el sector. En cuestiones de máxima importancia económica y social, la rigurosidad y la profesionalidad deben prevalecer. Hay que trabajar codo con codo, y todos los sectores agrarios locales, para conseguir los objetivos y dejarnos de guerras intestinas que lo único que logran es llevarnos a todos al abismo.

Leopoldo Cólogan Ponte es PRESIDENTE DE LA APEB