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Un tanto en propia puerta para quejarse del arbitraje

   

FUTBOL DIVISION HONOR JUVENIL

Un momento del encuentro del sábado. / LANZAROTEDEPORTIVA.COM

JOSÉ ANTONIO FELIPE | Santa Cruz de Tenerife

Surrealismo en estado puro. Así puede calificarse a lo sucedido en el encuentro que este fin de semana enfrentó a Teguise y Tahíche, ambos conjuntos de la División de Honor Juvenil, que mantienen una fuerta rivalidad histórica, en la isla de Lanzarote.

El Teguise, ya descendido, ejercía como local en un encuentro que transcurría sin demasiada novedad hasta que lograra adelantarse en el minuto 14. Fue llegando a la media hora de partido cuando el colegiado considera como penalti unas manos dentro del área del Teguise. Después de las protestas el Tahíche falla el lanzamiento.

Con 1-0 se llega al tiempo de descanso, tras el cual el colegiado vuelve a señalar un penalti a favor de los visitantes, lo que enfada sobre manera al equipo local. Esta vez sí hay gol y la igualada trae consigo una agresión de un jugador local que provoca una tángana entre los integrantes de ambos equipos. Al final, las aguas parecen volver a su cauce.

Tras este segundo penalti señalado, ya con empate, Héctor Cabrera, entrenador del Teguise, presuntamente ordena a Fran, su capitán, que meta un gol en su propia portería. El objetivo era claro: se sentía maltratado por el colegiado y consideró que ésa sería la mejor manera de protestar. A pesar de lo extraño de la escena, los jugadores visitantes celebran el tanto conseguido por su rival, lo que provoca una nueva tángana entre los integrantes de los dos equipos.

Lejos de que la cosa quedara ahí, un jugador del Teguise es expulsado cuando se llevaba a cabo su sustitución después de que el árbitro indicara que había sido gravemente insultado.

Los locales se habían quedado con solo nueve futbolistas sobre el terreno de juego, ya que antes se había producido otra expulsión, con el entrenador del Teguise amenazando con retirar a su equipo y, para colmo de males, con el marcador 1-2, un aficionado, que algunas personas identificaron como seguidor del Teguise, hizo sonar un silbato, lo que provocó que los jugadores de su propio equipo se quedaran parados considerando que el árbitro había señalado fuera de juego, lo que aprovechó el cuadro visitante para poner el definitivo 1-3 en el marcador.

Dicho aficionado fue identificado inmediatamente por parte de miembros de la Policía Local que habían acudido como refuerzo después de que se produjeran los primeros incidentes dentro del terreno de juego.