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Cambian de centro a una niña de 13 años tras denunciar el presunto acoso de un profesor de 41

   

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Una niña tinerfeña de 13 años se ha visto forzada a cambiar de centro educativo tras la denuncia presentada ante la Guardia Civil y las autoridades educativas del Gobierno de Canarias contra uno de sus profesores por supuesto acoso, según la documentación que obra en poder de este periódico.

Los hechos que nos ocupan se remontan a un domingo del pasado mes de marzo, cuando la madre de la pequeña advierte que su hija está más pendiente del teléfono móvil que de hacer la tarea escolar.

Las sospechas que tan singular actitud despertó en la progenitora se confirmaron al descubrir que el foco de distracción de su hija son los reiterados mensajes que a través de WhatsApp le estaría enviando uno de sus profesores, de 41 años de edad, siendo el contenido de los mismos absolutamente personal y ajeno a la relación académica entre docente y pupila.

Una pérdida de confianza

Básicamente, el objeto nuclear de los mensajes del profesor sería anunciar a la niña que piensa excluirla de sus contactos de Tuenti (una red social reservada para adolescentes y veinteañeros) como represalia al “haber perdido su confianza en ella”, según se recoge en la documentación aportada por la madre.

La adulta, alarmada al descubrir qué cariz tienen los mensajes que su hija de 13 años de edad recibe de su profesor entre las seis y media de la tarde hasta cerca de la medianoche de un domingo, indaga en la red social referida, donde descubre que su hija ha cambiado la contraseña que ambas habían convenido para la debida supervisión de su contenido por parte del pater potestas.

Lo que descubre la madre en la red social Tuenti enciende todas sus alarmas, tal y como recoge la denuncia: “Del mismo modo que había ocurrido a través de la telefonía móvil, el profesor (…) ha seguido manteniendo contacto con su hija a través de mensajes de la referida página de contactos social Tuenti, a cualquier hora del día y de la semana, (…) en altas horas de la noche por parte de [el profesor] con escasa participación en dichas conversaciones por parte de la menor” desde mediados del pasado mes de febrero.

Sin embargo, la comunicación entre ambos -según explica la madre en su denuncia- arrancó mucho antes, casi un año, aunque hasta el citado mes de febrero se trataría fundamentalmente de apostillas del profesor a los comentarios que realizaba la niña.

Sobre los contenidos, serían de similar corte a los empleados por WhatsApp, e incluirían frases -siempre según la denuncia- como “Te voy a borrar del Tuenti, entre ellas tú”, “Me he sentido traicionado. La confianza que había puesto en ti esto no se hace”, y similares.

Consulta y borrado

Al observar tales comunicaciones, la madre explica a las autoridades que acude a consultar con la directora del centro educativo en cuestión para poder mostrarle sus inquietudes al respecto, aunque sin desvelar el nombre del profesor en cuestión.

Sin embargo, la directora deduce de la conversación la identidad del docente, pide “que no se dé bombo al asunto” y propone una reunión entre los tres adultos para aclarar las cosas, siempre según la madre.

La sorpresa de esta llega cuando, al volver a casa tras rogar a la directora que guarde silencio al respecto hasta que ella hable con su hija, descubre que alguien ha procedido al borrado de todas las comunicaciones entre el profesor y la niña, además de darse de baja el perfil del profesor en cuestión en Tuenti.

En la denuncia se apunta igualmente que al día siguiente el propio profesor habría entablado conversación con la menor de edad para solicitarle que borre los mensajes del teléfono móvil.

Estas conductas, que provocan en la madre el recelo a la directora y “sospechas de que puede haber alguna acción oculta por parte del profesor que está evitando que se sepa”, motivan que interponga esta denuncia ante la Guardia Civil, que en la actualidad sigue su curso en un juzgado del correspondiente partido judicial tinerfeño.

Por lo que respecta a las autoridades académicas, la única novedad que ha tenido lugar es que la Consejería de Educación ha admitido el cambio de centro educativo para la menor de edad, justificado en la Disposición Adicional Cuarta del Decreto 61/2007, de 26 de marzo, y que determina que “en cualquier momento a lo largo del curso escolar la Administración educativa debe garantizar el cambio de centro del alumnado implicado por actos de violencia de género o de acoso escolar”.

Eso sí, la resolución de la consejería aclara a continuación que a se admite el cambio teniendo en cuenta la norma anterior “y el principio general de protección del interés de la menor implicada en el presente asunto, es por lo que, si bien no ha quedado acreditada la existencia de un acoso escolar, ello no obsta a adoptar las medidas necesarias para acceder al cambio de centro”.
No consta si la consejería ha abierto algún tipo de expediente sobre este asunto.

El profesor, por su parte, sigue dando clase.

A los lados, reproducción de parte de la conversación que a través de WhatsApp mantenían la niña de 13 años (rosa) y el profesor de 41 (azul); en el centro los documentos originales. / DA

A los lados, reproducción de parte de la conversación que a través de WhatsApp mantenían la niña de 13 años (rosa) y el profesor de 41 (azul); en el centro los documentos originales. / DA