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Amarillo hasta la muerte

Tomás González, San Miguel
Tomás González se ha ganado a pulso el cariño y respeto de toda la familia de la lucha de San Miguel. | DONELIA PÉREZ
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LUIS DE LA CRUZ | San Miguel

Tiene 44 años y a los nueve decidió ponerse la ropa de brega. Es una persona buena, afable y que lleva la lucha canaria en la sangre. Tomás González ha jugado un papel clave en el crecimiento de nuestro deporte vernáculo en el Sur de la Isla.

Todavía recuerda con nostalgia, cuando Honorio Gutiérrez el Cartero y Victorio, un maestro de Tegueste, que tanta cosas buenas le ha dado la lucha, lo enseñaron a amarrarse el pantalón. Más tarde formó parte del primer equipo federado del Chimbesque hace 30 años. Militó en Tercera Categoría: Isidro González y Baudilio fueron los puntales de este equipo.
Eterno capitán jugó un papel clave en la trayectoria del Chimbesque en el panorama nacional, donde arrasaba. Parri II, Juani y Berto de la Rosa formaban parte de la columna vertebral de este conjunto.

Habla con añoranza de Juan Ramírez, al que considera un gran compañero. Se le humedecen los ojos cuando le toca hablar de Felipe Díaz el Chasna: “Estaban en la cresta de la ola. Terminamos de entrenar; fuimos a comer y horas más tarde me enteré que había perdido la vida en un accidente de tráfico. Fue una auténtica pena porque era una gran persona y tenía madera para llegar a ser puntal de nuestro deporte.

También recuerda a Francis Pérez Pollito de Frontera, quien terminó su carrera deportiva en el conjunto amarillo y a tantas personas que han militado en el conjunto amarillo.

El amor por la lucha le puede y después de dejar la práctica activa de la misma, por una lesión de espalda, sigue enseñando a los más pequeños y trabaja con las categorías inferiores del Chimbesque. Asegura: “Me encanta enseñar y que los jóvenes estén cercanos a este deporte para que aprendan los valores más nobles de nuestra tierra e intenten llegar lejos. Para ello siempre se necesita sacrificio y compromiso como todo en la vida”.

“MUY CONTENTO”
Desde hace unos días, el terrero de San Miguel lleva su nombre. Sobre ese asunto y con la humildad que lo caracteriza, remarcó: “Es para mí un honor y también una responsabilidad porque otra gente ha hecho méritos suficientes para esto”.
Más tarde, refrendó: “Durante el acto se me vinieron muchas cosas a la cabeza y agradecimiento a tanta gente que me ha ayudado durante mi trayectoria deportiva”.

Por último, agradeció la iniciativa del Ayuntamiento, de la directiva y de todos los integrantes del Chimbesque porque “funcionamos como una familia y eso es muy importante”.