CD TENERIFE-ALAVÉS > 2-1

Faltó la guinda en un curso fantástico

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FOTO: SERGIO MÉNDEZ

MARTÍN-TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

No pudo el CD Tenerife poner el broche de oro a una temporada para el recuerdo. Los blanquiazules no lograron remontar el marcador adverso que cosecharon en Mendizorroza. El Deportivo Alavés, al igual que en el duelo de ida, se encontró con la ayuda de un arbitraje calamitoso. Si en Vitoria el trencilla de turno se olvidó de pitar un clarísimo penalti sobre Chechu Flores, ayer el colegiado ceutí Ramón Arias Madrid se inventó un penalti de Sergio Rodríguez sobre Viguera, que transformó el punta del cuadro vasco cuando el resultado era de 2-0 y la eliminatoria estaba igualada. Pero esa no fue la peor equivocación que tuvo el juez del partido. La más gorda sucedió cuando le sacó a Juanma la segunda amonestación y no lo expulsó con la roja, al tener mal anotada la primera cartulina. A raíz de este fallo garrafal, impropio de la categoría, el Tenerife se desconectó y en la segunda parte no pudo recuperar el terreno perdido frente a un Alavés que acabó con nueve jugadores sobre el campo y con el título honorífico de campeón de Segunda División B de la temporada 2012/2013.

[sws_pullquote_left]El Tenerife, tras un arranque pletórico, logró el 2-0 en 22 minutos con dos tantos del pichichi[/sws_pullquote_left]

El inicio de partido de los locales fue eléctrico. Cervera apostó por ganar la eliminatoria y sacó de entrada a Aridane y Guillem de inicio. Ambos, sumados a Loro y Cristo, se convirtieron en una terna imparable para la zaga vasca, que apenas podía contener a un rival que salió a morder. Fruto de esta actitud surgió la primera ocasión clara cuando apenas se habían consumido 20 segundos de reloj. Aridane, de cabeza, estuvo cerca del gol. Luego, a los tres minutos, Martí también estuvo a punto, pero detuvo el meta visitante.

No obstante, Urtzi nada pudo hacer cuando surgió de nuevo en escena Aridane, quien aprovechó un error defensivo para quedarse solo delante del portal vitoriano. Armó la pierna derecha y colocó el balón justo allí donde era imposible pararlo. Así abrió el marcador.

Quince minutos de asedio después, el grancanario agrandó su leyenda, marcando su vigesimoséptimo gol de la temporada. Esta vez fue de cabeza, a la salida de un córner. El balón llegó medido a su cabeza y, libre de oposición, lo golpeó sabiendo dónde quería alojarlo. Urtzi siguió el esférico, contemplando la belleza de la segunda diana rival. 2-0 y eliminatoria equilibrada. El Tenerife ya había logrado lo más complicado.

Sin embargo, enfrente estaba el campeón del Grupo II, que también despertó, por mucho que en la primera media hora de partido solo se había acercado a la portería de Roberto mediante dos disparos lejanos. Aún siendo así, una absurda jugada en la que picó el colegiado, Viguera logró que le pitasen un penalti a favor. Supuestamente, el nefasto colegiado de la contienda entendió que Sergio Rodríguez sujetó al punta alavesista, que fue precisamente el que ejecutó la pena máxima acortando distancias en el marcador. Gracias a ese tanto, la eliminatoria volvía a estar del lado contrario.

En la recta final del primer acto se armó la marimorena. El duelo se volvió brusco y Arias Madrid se empezó a liar. Comenzó a sacar tarjetas y en el 31 amonestó a Juanma, pero debió de equivocarse en su anotación, pues en el 41 volvió a mostrar otra amarilla al mismo jugador. El estadio fue un clamor y los jugadores del Tenerife reclamaban justicia, pero Juanma siguió en el campo jugando hasta que se llegó al final de la primera mitad.

[sws_pullquote_right]Penalti inexistente de Sergio Rodríguez y que aprovechó Viguera para marcar el 2-1[/sws_pullquote_right]

Como era de esperar, en el túnel de vestuarios los jugadores de los dos equipos se dijeron de todo y el trío arbitral fue despedido con una sonora y más que merecida pitada por parte del respetable.
Una vez en el tiempo de descanso, el árbitro se percató de su error, o se lo indicaron, y comunicó al delegado del Alavés que Juanma, efectivamente, estaba expulsado, por lo que la segunda parte comenzó con 10 el rival y con once el Tenerife.

Esta diferencia se acrecentó cuando Manu también enfiló los vestuarios antes de tiempo, también por doble amarilla. Antes, Cristo Martín y Aridane intentaron ampliar la ventaja, pero Urtzi estuvo infranqueable durante los segundos 45 minutos y especialmente en los balones aéreos.

Viendo el panorama como estaba, y teniendo en cuenta que su equipo necesitaba dos goles para resultar campeón, Cervera echó toda la carne que tenía en el asador y realizó un triple cambio, entraron en escena Ayoze Pérez, Carlos Portero y David Medina.

Los cambios no surtieron el efecto deseado y todo lo que restó de tiempo se sucedió un quiero y no puedo por parte del Tenerife. El orden del Alavés fue suficiente para hacer valer el valor doble del penalti que marcó Viguera.

Al final, se ganó el partido, pero no se pudo obtener el campeonato, que era un objetivo secundario para este Tenerife que pasará a la historia como el que devolvió a la institución al fútbol profesional.
Tras el pitido final, cerca de 200 o 300 aficionados, si es que se pueden llamar así, invadieron el terreno de juego, haciendo caso omiso a lo que se repitió por megafonía en reiteradas ocasiones. Por su culpa, la plantilla no pudo agradecer a la afición el apoyo recibido. Estaba previsto que al acabar todo, plantel al completo y cuerpo técnico saltasen al campo para dar las gracias a la afición. No pudo llevarse a cabo este reconocimiento por culpa de los descerebrados de siempre.

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CD TENERIFE 2-1 DEPORTIVO ALAVÉS

CD Tenerife: Roberto; Javi Moyano, Bruno (Ayoze Pérez, 66’), Rigo, Sergio Rodríguez (Carlos, 66’); Alberto (David Medina, 66’), Iñigo Ros; Luismi Lloro, Aridane, Cristo Martín; y Guillem Martí.

Deportivo Alavés: Urtzi; Óscar Rubio, Luciano, Agustín, Sergio Ayala; Jaume, Manu; Guzmán (Laborda, 55’; Luismi, 82’), Viguera, Sendoa (Jonan, 70’); y Juanma.

Árbitro: Ramón Arias Madrid, del comité de Ceuta. Expulsó por doble amarilla al visitante Juanma (31’ y 41’), si bien el trío arbitral no reparó en que era la segunda amarilla del atacante del Alavés hasta el tiempo de descanso, y también por doble amarilla a Manu (32’ y 58’). Además amonestó a los locales Alberto (20’), Javi Moyano (31’), Sergio Rodríguez (36’) e Iñigo Ros (54’).

Goles: 1-0 (6’): Aridane. 2-0 (22’): Aridane. 2-1 (37’): Borja Viguera, de penalti.

Incidencias: Heliodoro Rodríguez López. Mañana calurosa y terreno de juego en óptimas condiciones. 10.142 espectadores. Antes del comienzo del encuentro, se guardó un minuto de silencio en memoria de los exjugadores del CD Tenerife, Carlos Correa y Julio Alonso, ‘Julito’, máximo goleador en la historia del equipo blanquiazul, fallecidos recientemente.

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Error antológico del colegiado ceutí Ramón Arias Madrid

Mención aparte merece el papel del colegiado que ayer arbitró. Ramón Arias Madrid, del comité territorial de Ceuta, fue ayer el sonrojo del colectivo arbitral. Este trencilla permitió jugar durante seis minutos a Juanma después de haberle mostrado dos cartulinas amarillas. Su mayúsculo error lo justificó de la siguiente manera en el acta oficial del encuentro. En el capítulo de expulsiones escribió que “El jugador número nueve, D. Juan Manuel Delgado fue expulsado por doble amarilla”, pero en el apartado de Incidencias aclara que “tras un error en la tarjeta de anotaciones, el jugador número nueve, D. Juan Manuel Delgado, del Alavés, vio la segunda tarjeta amarilla en el minuto 41, no mostrándole la tarjeta roja al entender en mi anotación, por error, que la primera fue mostrada en el jugador número siete. Que ya en vestuarios, se le informa al delegado del equipo Alavés que, por error una de mis anotaciones, el jugador número nueve queda expulsado por doble cartulina amarilla y que el jugador número siete de su equipo, no se encuentra amonestado”. Antológico.