DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife
Paulino Rivero sacó ayer la chequera para intentar apaciguar los ánimos en Gran Canaria tras la entrada en vigor de la polémica ley del turismo, que prohíbe la construcción de hoteles de 4 estrellas en suelo nuevo y autoriza, en cambio, la revalorización de establecimientos de inferior categoría a través de la rehabilitación. En respuesta a una pregunta del diputado nacionalista José Miguel Barragán, el presidente del Gobierno regional destacó que a finales del presente mes se firmará el acuerdo con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para movilizar 200 millones de euros con destino a la modernización turística.
Rivero explicó que, cuando se materialicen las 15 actuaciones previstas -y que enumeró- en Gran Canaria habrá 7.000 camas de 4 estrellas. Aunque el préstamo es de 100 millones de euros, puntualizó, “en la práctica son 200 por la implicación de los inversores participantes”. Se espera que ese mecanismo esté operativo después del verano. En su intervención, el jefe del Ejecutivo reiteró que la mejora de la competitividad turística es el reto “más importante” de Canarias hasta 2020 y censuró la desregulación que defienden “algunos”, en alusión al PP. La diputada de CC María del Mar Julios tampoco votó a favor de la normativa aprobada recientemente. De hecho, la oposición es un clamor en Gran Canaria.