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La búsqueda de una certeza

Trinidad (d) y su hija Raquel exponen algunas fotografías familiares durante la entrevista. | SERGIO MÉNDEZ
Trinidad (d) y su hija Raquel exponen algunas fotografías familiares durante la entrevista. | SERGIO MÉNDEZ

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

“Una monja y una enfermera cogieron a mi hija, la envolvieron en una manta y se la llevaron”. Han pasado ya 38 años, pero Trinidad recuerda como si fuera ayer todos los detalles que marcaron el día que nacieron sus gemelas, una de las cuales pudo ser robada y entregada a unos padres a los que no les correspondían. Eso es al menos lo que asegura al DIARIO esta tinerfeña de 60 años, y así consta en una denuncia que la Guardia Civil dio traslado a la Fiscalía provincial, que a su vez inició una investigación a partir del testimonio y los documentos aportados por Trinidad, quien junto a su hija Raquel llevan casi tres años tratando de demostrar que el otro bebé no falleció en el parto, como le aseguraron entonces.

Su caso, no obstante, tiene una particularidad que lo acerca al de otros que terminaron resolviéndose, demostrando con ello la trágica realidad de la España más negra. Y es que, según señalan Trinidad y su hija, hay más de una docena de testimonios que aseguran haber visto en Tenerife a aquel bebé -gemela de Raquel y hoy mujer-, que se dio por muerta durante el parto el 21 de junio de 1975.

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