LUIS F. FEBLES | Puerto de la Cruz
Un año tarda mucho, pero cuando predomina el respeto y la verdadera tradición, vale la pena. La embarcación de la Virgen del Carmen volvió a impregnar de un halo de religiosidad y devoción a Puerto de la Cruz.
Miles de personas se acercaron al muelle pesquero para comprobar in situ como el nutrido grupo que sostenía a la Virgen, la cuadrilla de Cargadores de Nuestra Señora del Carmen, colocaba la venerada imagen en la falúa el Nuevo San Ramón ante la algarabía e ilusión de todos los presentes en la majestuosa cita.
Las nuevas medidas impuestas por el grupo de gobierno de CC-PP dieron resultado: menos personas con altos índices de alcoholemia, mayor uso de los baños públicos y menos botellón en zonas públicas. Muchos vecinos coincidieron en señalar la seriedad y el sosiego, dentro de la diversión, y por supuesto, con las correspondientes excepciones.
No obstante, la zona con más movimiento se trasladó a la calle Perdomo, con una importante presencia juvenil. La emoción se transformaba en lágrimas que inundaban el incomparable marco pesquero, donde adultos y niños jaleaban al unísono y gritaban a su Virgen mientras la imagen se dirigía a recorrer su tradicional ruta, flanqueada por las nutridas barcas y lanchas que acompañaban y custodiaban la procesión marítima, tras el paso terrestre, acompañado de la sempiterna imagen de San Telmo.
MOMENTO CULMEN
Eran cerca de las 19.15 horas y todo transcurría sin inconvenientes, a diferencia del pasado año. El momento culmen se produjo con la embarcación de San Telmo primero, y la Virgen del Carmen después. La procesión marítima siguió el curso establecido y el mar meció a su patrona. Las autoridades no quisieron faltar a la gran cita y acompañaron a la imagen mariana. Desde muy temprano la ciudad amaneció con un color diferente. Aunque a medida que avanzaba el día iba aumentando la temperatura, lo cierto es que durante las primeras horas, el cielo saludó al día algo encapotado.
Cuando el reloj marcaba las 07.00 horas, la Diana Floreada ya lucía en las calles. Como cita ineludible, la tradicional chocolatada en el muelle y el open de dominó por parejas. A las 10.30 los más pequeñas pusieron a prueba su destreza en el concurso infantil de pesca, para posteriormente disfrutar de diferentes actuaciones folclóricas y la regata de yolas.
Cerca de las 16.00 horas, los más valientes demostraron su maña en la espectacular y peligrosa cucaña, que albergó a cientos de curiosos.
La Embarcación de la Virgen del Carmen cambió su imagen, rescatando su razón de ser y su vertiente puramente tradicional, popular y religiosa.
EL BOTELLÓN, PARA LA EXPLANADA
Finalmente, Puerto de la Cruz no fue una zona sitiada, y menos, un espacio donde se actuó de forma radical contra el botellón; para muchos visitantes, “levantaron la mano”. Según fuentes de la Policía Local, hasta avanzada la tarde no se registró ningún tipo de actuación sancionadora, velando principalmente por el buen entendimiento. Los cuerpos de seguridad tuvieron controlados los puntos más conflictivos, evitando problemas para la posterior procesión terrestre. Las mismas fuentes confirmaron que en comparación con la pasada edición, “la tranquilidad y el respeto ha sido la tónica dominante”. Alguna intoxicación etílica, caídas y algún pequeño altercado, han sido los incidentes a destacar. Por otra parte, bien entrada la tarde se alternó la música folclórica con bachata y salsa. No obstante, a partir de las 18.00 horas, este género musical fue el predominante, hecho que ya había sido barajado por los responsables municipales. Uno de los cambios más significativos fue la prohibición de instalar barras exteriores en los bares, siendo sustituidas por terrazas, con límite de hora.
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